Quebradero

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Inai. Su final

 

Por Javier Solórzano Zinser

 

Guadalajara.– En el stand del Inai en la influyente, estratégica y trascendente Feria Internacional del Libro, de manera inevitable, se respiraba un ambiente de algo así como una ceremonia de adiós.

En broma y un poco en serio decíamos que eran las honras fúnebres del Instituto. Uno de los actos con que el Inai participó en la feria fue en la presentación de un muy atractivo y documentado texto de Esteban David Rodríguez, el cual forma parte del trabajo editorial del Instituto.

El trabajo de Esteban, La Jaula de los Secretos. El Periodismo Mexicano antes y después de los Instrumentos de Transparencia, es una revisión muy bien trabajada sobre la importancia que ha tenido el Inai en la transparencia para el acceso a la información.

La investigación periodística de la mano de institutos como el Inai han permitido la apertura y el conocimiento de temas de importancia nacional que previo a la creación del Instituto no era posible conocer.

Participamos en la mesa la comisionada del Inai Julieta del Río, el avezado periodista Rafael Montes, Esteban Rodríguez y el responsable del QUEBRADERO. Como era de imaginarse, además de hablar del muy interesante trabajo de Esteban los participantes nos referimos a la desaparición del Inai y al futuro de la transparencia y la protección de datos personales, bajo la decisión del gobierno anterior y el de ahora, apoyado en la mayoría del Congreso.

Están desapareciendo al Inai y a seis institutos más con razones poco claras, argumentando que son instituciones muy caras que fácilmente pueden ser integradas al Gobierno para que éste sea el responsable de sus funciones.

El gobierno de López Obrador creó una narrativa a lo largo de años en que se fue construyendo una verdad única sobre la función de los institutos. No había ocasión en que no los señalaran como parte de la oposición a su gobierno, argumentando que eran instituciones muy caras en términos de la austeridad oficial, que en el fondo no era y es otra cosa que el austericidio.

En el gobierno de López Obrador no se hizo un análisis y diagnóstico para conocer de qué servía y qué funciones tenía el Inai. Creó una narrativa para deshacerse de él sin importar que con todo y sus errores y excesos era una institución que apoyaba a la democracia, el flujo de la información, la transparencia y protección de datos personales, asunto éste de primera importancia en un mundo en donde las nuevas tecnologías nos avasallan.

No se hizo un diagnóstico como tampoco lo hubo en la desaparición de los otros institutos. La mayoría reflexionó poco o nada sobre lo que se podía hacer con estos organismos que, a pesar, insistimos, de sus innumerables errores y excesos, cumplían una función de primerísima importancia para los ciudadanos.

Nunca existió una voluntad de diálogo e intercambio real de opiniones sobre el qué hacer con los institutos. Aplicaron toda la maquinaria para deshacerse de ellos, y es probable que la propia opinión de la Presidenta haya pasado a segundo plano cuando habló de que la decisión de desaparecer los institutos podría pasar al año que entra, al día siguiente el asunto fue desmentido; estaban y están en el voy derecho y no me quito.

Bajo hechos consumados lo que queda es pensar en el futuro de las y los trabajadores de los institutos. Se debe tomar en cuenta el conocimiento adquirido a lo largo de todos estos años, se ha formado una generación democrática y plural, que tiene a la transparencia y protección de datos personales como eje de su trabajo.

Es un hecho que, aunque por ahora no se vea, el país da pasos atrás, nos vamos a recuperar, pero para ello, tendrá que pasar mucho tiempo.

RESQUICIOS.

Insistimos, más vale tomar muy en serio a Trump. En entrevista ratificó la importancia de los aranceles, son “maravillosos” dijo, además de que aseguró que para no dividir familias va a expulsar a todos, aunque muchos de ellos hayan nacido en EU; es la versión estadounidense de voy derecho y no me quito.