Por Ruby Soriano
La sucesión de “Clarita Brugada” en la Ciudad de México parece estar cantada luego que este fin de semana, durante el cierre de la gira nacional de la actual dirigencia morenista, el secretario de organización e hijo del ex Presidente AMLO, es decir, Andrés López Beltrán se dijo “chilango por adopción” pues aseguró que, a él y su familia, la Ciudad de México, les ha dado todo.
El discurso podría tomarse como el inicio de la ruta para la construcción de una candidatura adelantada para el gobierno de la capital del país, sobre todo, en un acto donde Luisa María Alcalde como dirigente nacional y Andy López cerraron la pinza del recorrido que han realizado por todo el país, para lograr la afiliación de 10 millones de militantes.
Y es que Morena sabe que son tiempos donde no basta con gobernar gran parte del territorio nacional, sino mantener el control de sus bases y ampliar el número de afiliados que le puedan garantizar triunfos en las futuras elecciones.
La figura de la sucesión morenista se cumple con todos los requerimientos que para los morenistas son fundamentales. Preservar la línea ideológica no de un movimiento, sino del hombre que sigue siendo el líder moral de Morena y que es el ex Presidente Andrés Manuel López Obrador.
En este cierre de la gira nacional de la dirigencia de las nuevas generaciones morenistas, se apreciaron los rostros de quienes estuvieron en los inicios del movimiento. Esos personajes del morenismo duro que siguen flanqueando ahora al hijo del líder moral, quien ya marcó territorio para lo que habrá de construirse en los próximos meses, con la afiliación masiva de militantes que engrosen las filas de Morena en el país.
Si bien el jaloneo interno entre los grupos morenistas no es un secreto, la joven dirigencia intenta reforzar el mensaje de cierres de filas para enviar un mensaje de unidad.
Más allá de las herencias y sucesiones, la figura de “Andy” como el heredero de la continuidad morenista, coloca a este partido en el reflector donde la apuesta es adherir muchísima más gente al partido gobernante.
Las expectativas de alcanzar 10 millones de nuevos militantes que engrosen el padrón morenista, no son descabelladas, ante los reacomodos de fuerzas políticas donde vendrá la creación de nuevos partidos que dividirá el pastel de una enorme masa de ciudadanos que hoy más que nunca, reflejan apatía, enojo, desconcierto y que es cada vez más difícil tener dentro de las filas de un partido político.
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