La unción del “hijo pródigo”

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Por Ruby Soriano

El relevo generacional quedó consumado en Morena. El movimiento fundado por el actual Presidente Andrés Manuel López Obrador nombró a su nueva dirigencia nacional, cuyos cargos claves recaen en los nuevos “cachorros” de la regeneración.

La presidencia de Morena quedó a cargo de Luisa María Alcalde, actual Secretaria de Gobernación, hija de Bertha Luján fundadora del movimiento y de Arturo Alcalde, abogado laboral.

En tanto la Secretaría de Organización estará a cargo del hijo del Presidente AMLO, Andrés López Beltrán, quien se ha movido debajo de la mesa y será hasta ahora cuando tenga un cargo público desde una secretaría clave para los movimientos de organización política y reparto de candidaturas.

La unción de la nueva dirigencia morenista se hizo en un ambiente de exultantes aplausos al heredero obradorista y a la Presidenta electa Claudia Sheinbaum, quienes son la nueva dupla que tendremos en el reflector político para los siguientes años.

Quien en 8 días iniciará funciones como la primera Presidenta de México solicitó licencia en su partido morenista, pues dijo que gobernará para todos los mexicanos.

En su discurso, Sheinbaum les endosó a sus correligionarios un catálogo de mandatos, muchos de los cuales ni por equivocación se cumplen, ni se cumplirán en Morena.

En algunos de los puntos que mencionó Sheinbaum figuran:

  • Mantener la unidad
  • Que sus militantes se comporten con honestidad y sencillez
  • Evitar el amiguismo, influyentismo, nepotismo y el sectarismo
  • No ser un partido de Estado
  • Mantener fuerte y sólido el Instituto de Formación Política
  • Seguir siendo partido y movimiento
  • Que los candidatos sean decididos mediante encuestas
  • Que los gobiernos garanticen austeridad republicana
  • Cero colusiones con la delincuencia
  • Luchar contra la discriminación, racismo, clasismo y machismo

Los morenistas saben que han transitado en una metamorfosis que hoy los tiene convertidos en un movimiento que ha sido invadido por muchísimos cuadros donde lo menos que tienen es calidad moral como para hablar de honestidad y sencillez.

La caducidad del poder es implacable y a una semana de dejar el mandato, una estampa inundó las redes sociales de este domingo, cuando en Veracruz, el Presidente AMLO fue despedido con los gritos de ¡Dictador! Y un botellazo de agua que estuvo a punto de darle en el blanco.

Son los gajes y desgastes del viejo oficio de gobernar como si se olvidara que tarde o temprano, el poder también termina.

 

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