Por Ruby Soriano
La irrupción de los jóvenes universitarios en la marcha de la Ciudad de México que fue replicada en varias entidades del país provocó una bocanada de oxígeno a una sociedad civil desgastada frente a la búsqueda de esos mesías opositores que están en una abierta y franca decadencia.
Los jóvenes de la facultad de derecho de la UNAM fueron los que alborotaron el gallinero para que se sumaran a su convocatoria las juventudes universitarias de otras casas de estudios e instituciones educativas que hicieron suya esta iniciativa para salir del cascarón y expresar un abierto rechazo a la reforma judicial propuesta por el obradorato.
Durante el pasado proceso electoral, una mala señal fue la ausencia de estos jóvenes que hoy están de regreso en las voces de una sociedad, donde ojalá se haya plantado la semilla para el surgimiento de una resistencia civil renovada.
Esta marea no tiene color, es una marea fresca que hoy nos da esperanzas, en un país donde tendremos que seguir ahora al lado de ellos, respaldando sus voces.
Son tiempos, donde a estas juventudes les toca liderar la resistencia mexicana que hace a un lado, el oportunismo de muchos que se sigue frotando las manos, para armar frentes, partidos o mareas recicladas.
Que los gritos que este domingo se escucharon en torno al Ángel de la Independencia y a las puertas del Senado, así como en otras partes del país, haya sido la señal de los comienzos de una oposición fresca con nuevas generaciones.
La estafeta ya la tienen ellos, sólo hay que empujarlos, apoyarlos y blindarlos.
Muchísimas estampas e historias se pueden narrar en las marchas de ayer domingo, como la emotiva imagen de una mamá acompañando a su hijo de 16 años en su primera marcha estudiantil. Un abuelo levantando la bandera de México al lado de su nieta de la ENEP Acatlán. Dos papás acompañando a su hijo que estuvo en el templete como buen puma.
Quizá estemos viendo un futuro inmediato de quienes construirán los cimientos de esa futura resistencia que sea la nueva oposición mexicana.
Muchas fueron las arengas de esta juventud universitaria que rodeó al Ángel de la Independencia, hasta donde llegó la Jueza presidenta Juana Fuentes Velázquez quien lidera la Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación (JUFED) para decirles a esos rostros y voces frescas, que ellos son los verdaderos transformadores de un país que no se puede quedar cruzado de brazos mientras se intenta quebrantar la autonomía del poder judicial.
Ojalá la manifestación de las juventudes en la capital y distintos puntos del país no sea una llamarada de petate y fructifique como el inicio de un movimiento que se tendrá que ir construyendo con una gran pluralidad de propuestas.
Bienvenidos los jóvenes al escenario político al que le urge contar con muchísima participación para generar por lo menos esos contrapesos sociales que se intentan desaparecer.
@rubysoriano @alquimiapoder