Por Uriel Flores Aguayo
Es igual decir cambio o estancamiento, alternancia o regresión y esperanza o más de lo mismo. Prácticamente quedan 34 días de campañas electorales, es decir, lo que quieran o vayan a hacer tiene que ser ya. Después solo habrá hubieras o arrepentimientos. Hagan lo que sea, acciones directas o de apoyo, salgan a las calles, no se conformen con las redes sociales y el WhatsApp; el proselitismo más efectivo es el que se hace cara a cara, que da razones y motiva. Este es el momento de apoyar las alternancias distrital, estatal y federal. Está de por medio un futuro gris y mediocre u otro que sea colorido y modernizador para Veracruz. La única manera de conseguirlo es con votos, muchos votos, libres y comprometidos. Una alta participación hará más difícil que gane el hambre y la manipulación oficial.
Veracruz no es una isla, su elección local es parte de la nacional. Importa todo. Devolver la democracia a nuestro estado puede ser casi estéril si se impone el proyecto obradorista de concentración de poder y autoritarismo. El curso nacional nos impacta e interesa sobremanera. Necesitamos ganar la Presidencia de la República y la mayoría en las cámaras de senadores y diputados. Es vital detener y eliminar el llamado plan C morenista, que significa autocracia y cuasi dictadura.
Es tiempo de los ciudadanos. Los partidos en general, siendo un instrumento de participación electoral, no cuentan con suficiente prestigio; de ahí que sea sustancial la participación masiva de la ciudadanía. No es asunto de partidos esencialmente, no importa. Tampoco de Xóchitl u otros candidatos, ella hace lo suyo y se le reconoce. Esas organizaciones recibirán los votos, es una cuestión legal. Las candidaturas son lo que son, nos gusten o no. Lo importante es lograr otra alternancia, con sentido plural y de gobierno de coalición. No hay nada que justifique el regateo de la promoción a las ideas de la libertad y el voto libre. Sin retórica, son tiempos de urgencia democrática. Votamos ahora o no volveremos a tener elecciones libres.
Las elecciones son percepción y aquí hay una tendencia competitiva cada vez más inclinada hacia Pepe Yunes. Se respiran en el ambiente sus posibilidades reales de triunfo. Tiene condiciones favorables en varios sentidos: trayectoria, personalidad, capacidad, el respaldo de una coalición política, simpatía ciudadana, arraigo, buena imagen y presencia positiva. Su campaña va en ascenso. Éste es tal vez el mejor momento de su labor proselitista: se percibe ganador. Aunque la campaña es acción y sigue una estrategia, no es ociosa una fugaz reflexión que alerte sobre lo nocivo que pueden ser signos de triunfalismo. Todavía no se gana. Hay tendencias que deben consolidarse, que requieren estructura. Siguen siendo tiempos de sumar y apertura. En los hechos se ha venido conformando una gran coalición política y social, superior a los partidos que lo respaldan, que debe tener un cause organizativo.
Quienes estamos en el Frente Cívico Nacional no ponemos condiciones, no buscamos candidaturas y tampoco andamos peleando espacios. Lo nuestro son las zonas ciudadanas y sociales, es la promoción del voto y su defensa. El gran contexto es la lucha porque se mantenga la democracia en México, que se respeten las libertades y tengamos una ruta de progreso. Somos enlace confiable y comprometido con los partidos coaligados y sus candidaturas. Llamamos a votar informadamente y levantamos banderas democráticas. El FCN es pilar de la movilización ciudadana en México, sin sectarismos ni debates estériles. Con esos partidos y esas candidaturas hay que enfrentar a la regresión autoritaria.
México y Veracruz necesitan y merecen mejores gobiernos, que no dividan ni mientan, que sean serios y se comprometan con el Estado de Derecho y el desarrollo social. Han sido tiempos aciagos y perdidos. Vale la pena hacer todo para superarlos. No más ignorancia, ni frivolidad, ni saqueo, ni mentiras. Hay que sonreír, ya se van.
Recadito: no a los celulares en las casillas de votación.