Quebradero

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Caminando en las nubes

 

Por Javier Solórzano Zinser

Las encuestas siguen mostrando una realidad irrefutable. El Presidente mantiene altos niveles de popularidad, del 55 al 73% según la encuesta, y Claudia Sheinbaum le lleva una ventaja a Xóchitl Gálvez que alcanza al menos 20%.

En el caso del Presidente muchas cosas están en terrenos que no es sencillo definir. Su gestión no está en lo general bien evaluada, pero mantiene altos niveles de popularidad, porque sigue en torno a él la esperanza y el que por primera vez, así se ve y así han tratado de que se vea, alguien piensa en los sectores más desprotegidos.

Sin embargo, aspectos como la seguridad, salud y educación no alcanzan notas aprobatorias, estos tres renglones andan con dificultad llegando al 40% de aprobación.

A pesar de todo esto el Presidente sigue caminando como en las nubes. Una de las principales razones es que no tiene auténticamente a nadie enfrente, da la impresión de que él mismo echa a andar a sus opositores para tener ante sí a alguien que sea sujeto de sus críticas y que sea lo contrario a él para contrastarlo ante sus millones de seguidores.

A Xóchitl Gálvez la ha llevado por esos terrenos. No ha dejado de lanzarle críticas directas y veladas sin mencionarla por su nombre porque si lo hace, puede ser sancionado por la autoridad electoral, lo cual por lo que se ha visto le sirve más de publicidad particular que forme parte de un convencimiento del respeto a las leyes.

Sus 20 reformas son la manifestación última de cómo el Presidente se quiere meter en la elección sin que haya nadie que lo frene, la oposición sigue en la confusión y las instituciones electorales en algunos casos están rebasadas.

La oposición no ha sabido cómo contrarrestar la fuerza presidencial. Busca encontrarle puntos débiles y cuando éste baja sus números en algunas encuestas, aunque sean décimas, están cerca de hacer fiesta y jolgorio, lo cual no quiere decir nada porque la tendencia nunca ha ido a la baja; tendrá altibajos, pero el Presidente no ha tenido bajas sustanciales.

Lo que sí hace bien la oposición es tener al Presidente como el eje de sus críticas y presumimos también de sus análisis. La razón está en que López Obrador sigue siendo el eje de la gobernabilidad y va quedando claro que no deja de ser el centro de las campañas electorales.

No parece que la oposición tenga una mirada integral de las cosas. El proceso electoral se ve contracorriente porque la oposición está disminuida. No tiene cuadros para enfrentar a un partido muy visto pero al fin y al cabo en el pleno ejercicio del poder a través del Presidente.

Es probable que el escaso avance que ha tenido Xóchitl Gálvez tenga que ver con su entorno más que con ella misma. Desde el oficialismo han tratado de desacreditarla y en muchas ocasiones se han burlado de manera infame en contra de la hidalguense. La soberbia le gana a los morenistas y lo más delicado para la oposición es que es una soberbia que no se ve que vaya a disminuir, porque el proceso electoral para el oficialismo se ve cada vez más favorable.

Sería absurdo menospreciar a Claudia Sheinbaum, pero quien quizá lo está haciendo es el propio Presidente. Las 20 reformas tenían que pasar por su candidata presidencial, porque ella sería quien tendría que instrumentarlas, negociarlas, aunque no les guste hacerlo, con el nuevo Congreso por más que septiembre sea la esperanza de López Obrador para hacer en un mes todo lo que no ha podido hacer.

La oposición no va a ganar con retuits ni con una participación activa en las redes. El Presidente sigue teniendo una lectura precisa de amplios sectores de la población y sus entornos.

El Presidente sigue como caminando en las nubes a pesar de los innumerables pendientes y contradicciones.

RESQUICIOS.

La presidenta del Senado dijo ayer algo que hasta ahora no ha pasado, dijo que estaría dispuesta a cambiar puntos comas de las 20 reformas del Presidente, habrá que ver al final qué dice el inquilino de Palacio Nacional.