Miguel Casillas
Después de ocho años de negligencia, flojera e inoperancia, el posgrado y la investigación se encuentran muy debilitados en la Universidad Veracruzana. No hay políticas ni orientaciones claras para su desarrollo y operación, no hay financiamiento ni apoyos institucionales, hay un descuido administrativo terrible, y el posgrado y la investigación han ido perdiendo relevancia en el proyecto institucional. A la falta de liderazgo habría que sumar el desdén de las autoridades por fortalecer la investigación en las facultades a través de la promoción y apoyo a los cuerpos académicos. Esta involución académica exige ser revertida y la salida a la situación actual debería ser materia principal de la discusión entre los aspirantes a la rectoría.
Dados los imperativos de las nuevas políticas hacia la educación superior y en atención a los saldos históricos que arrastra la Universidad Veracruzana en las regiones dado su centralismo en Xalapa, es necesario volver a pensar el proyecto de desarrollo académico y asumir que es indispensable fortalecer la investigación y el posgrado de excelencia a escala regional.
En efecto, el nuevo Plan sectorial de educación y la nueva Ley general de educación superior identifican la necesidad de impulsar que la investigación científica y la distribución del conocimiento impacten en el desarrollo regional, coadyuven al diagnóstico de los problemas y a la formulación de soluciones con base en el conocimiento científico. Para una universidad descentralizada en cinco regiones y presencia a lo largo del estado como la nuestra, es una oportunidad magnífica para fortalecer sus vínculos con la sociedad a la que se debe y para consolidar un proyecto institucional más equilibrado y menos centralizado.
En la UV la investigación siempre ha sido una función menor en relación con docencia y a la difusión cultural; además su desarrollo es reciente, su grado de consolidación muy desigual y está fuertemente concentrada en Xalapa. Un nuevo paradigma que ponga por encima el fortalecimiento del proyecto académico de la universidad supone de manera ineludible la revaloración de la investigación y el diseño (y acuerdo) de políticas institucionales orientadas al desarrollo de la investigación en la universidad.
El primer acuerdo debería ser impulsar prioritariamente el desarrollo de la investigación en las regiones y generar condiciones de proximidad de los objetos de investigación con las necesidades sociales y del desarrollo regional. La investigación sea básica o aplicada debe tener un sentido de pertinencia y valor social. La intervención de la Universidad en las problemáticas regionales deberá tener un fuerte compromiso con la salvaguarda y protección del medio ambiente, con el desarrollo de prácticas democráticas de participación social y una decidida lucha contra la pobreza en cualquiera de sus manifestaciones. La conformación de centros de investigación regional representa una ampliación del valor social del conocimiento especializado, el fomento al desarrollo, el incremento de la productividad de procesos y servicios, y el desarrollo de una cultura ambiental. Estos centros regionales de investigación deben ser la sede de la transferencia específica de los conocimientos y espacios privilegiados de la vinculación.
Los nuevos centros de investigación regionales deben ser un espacio de innovación y no repetir las insuficiencias del modelo convencional predominante en Xalapa. En principio deben favorecer el trabajo en red y conformarse como espacios de colaboración permanente con otras entidades de la UV. En el mismo sentido innovador, debemos considerar que el desarrollo regional requiere de soluciones complejas a problemas muy complicados que exigen estudios e intervenciones interdisciplinarias y transdisciplinarias.
La creación de centros regionales de investigación interdisciplinaria arraigados al territorio y a la solución de las necesidades regionales pueden ser la base que sostenga la nueva oferta de posgrados de la Universidad.
La Universidad tiene el potencial académico para incrementar su oferta de posgrados y garantizar programas de alta calidad y excelencia. La UV debe definir políticas de desarrollo del posgrado y multiplicar su matrícula. Compartiendo los criterios de calidad del Conacyt, podríamos promover maestrías profesionalizantes ligadas a las facultades; y maestrías y doctorados orientados a la investigación ligados a los centros e institutos. Es muy importante el desarrollo del posgrado en la UVI.
La capacitación y la formación continua de profesionistas en activo es un reto que tenemos la obligación de asumir en el sentido de construir un proyecto universitario que garantice la educación para toda la vida, fortalezca las capacidades de los trabajadores, mejore la competitividad del trabajo y la productividad de los profesionales. En este sentido, los centros e institutos de investigación pueden encontrar en los cursos masivos y en línea (MOOC por sus siglas en inglés) un recurso privilegiado para la distribución social del conocimiento. La posibilidad de obtener recursos económicos complementarios no debería de estar asociada a la enseñanza que debe ser gratuita y de libre acceso, sino a la certificación.
En relación con el impulso a estas muy relevantes funciones no hay lugar para improvisar ni para la negligencia, en la coyuntura actual de la Universidad se requiere de un nuevo paradigma en la gestión institucional con conocimiento profundo de la ciencia, su evolución y las políticas nacionales que la gobiernan. Un proyecto educativo de excelencia en la investigación y el posgrado para la Universidad sólo puede ser encabezado por un líder académico con experiencia probada en la producción del conocimiento y en la formación de posgrado. En esta materia no hay lugar para los advenedizos.