El aquí y ahora de Acapulco
Por Javier Solórzano Zinser
No se puede pensar en Acapulco a futuro si no se resuelven en el aquí y ahora los grandes problemas de sus ciudadanos. Lo inmediato es crear condiciones de vida, porque es a partir de ello desde donde se puede empezar a diseñar un Acapulco que tendrá que ser distinto al que fue.
No ayuda estar en los terrenos del toma y daca entre el Presidente, los medios de comunicación y las redes sociales. Es una batalla interminable que lo único que hace es provocar más confrontaciones que es lo que menos se necesita en este momento.
Sin embargo, queda claro que así estamos y así seguiremos en el toma y daca sin fin que quizá pudiera entrar en otra etapa a partir del nuevo gobierno. El Presidente no va a cambiar su estrategia y va encontrando en Acapulco un elemento más para despotricar contra los medios de comunicación a los que se confirma los encuentra como su gran opositor.
Para López Obrador pareciera que no existe la oposición partidista.
Es cierto que se ha caído en lamentables excesos. Como en pocas ocasiones, se ha difundido información imprecisa y dolosa en las redes sociales. Uno de los ejemplos más evidentes fue un audio falso que se hizo viral y que durante un buen tiempo un referente para hablar de lo que estaba pasando en Acapulco lo que lo convirtió incluso en tendencia.
Lo más delicado del asunto fue que dicho audio fue utilizado una y otra vez para arremeter contra el gobierno siendo que alguien con un dolo desbocado lo difundió por doquier, a lo que hay que sumar que en un primer momento se dio un vacío de información que permitió que corrieran todo tipo de versiones sobre lo que estaba pasando. Las primeras 36 horas posteriores a Otis fueron de un vacío insensible.
Las y los acapulqueños saben mejor que nadie lo que está pasando. Lo saben porque lo están viviendo y porque la tragedia está ante sus ojos. No hay necesidad de que vean la televisión o sigan las redes sociales, porque además no tienen cómo hacerlo, perdieron todo; nadie les puede contar nada.
El Gobierno no es la víctima, las víctimas son los ciudadanos acapulqueños. En medio de la tragedia no tiene sentido que el Gobierno arremeta contra otros, porque el problema real está en que es el responsable directo de enfrentar la brutal devastación.
Para la gente la solución está en lo que haga el Gobierno. Es por eso que muchas personas arremeten en su contra, porque no lo vieron en lo inmediato. No había manera de razonar por parte de los ciudadanos cuando estaban en la indefensión y, sobre todo, cuando estaban y siguen estando en una precariedad inédita.
Las muchas voces que en este sentido han consignado los medios de comunicación en las redes sociales tienen que ver con la impotencia. Hay un enojo y una profunda tristeza ante lo que está pasando. Señalar, acusar y evidenciar al Gobierno no es necesariamente parte de una estrategia.
No dudamos que haya manipulación abyecta, pero también debe entenderse que no se pueden poner en tela de juicio muchos testimonios de personas que se quedaron auténticamente en el vacío total. La población no solamente ha perdido todo lo que tenía, está bajo un brutal shock, porque a lo que vive hay que agregar que en muchos casos no han podido tener contacto con vecinos, familiares y amigos.
El aquí y ahora de Acapulco tiene que contemplar cómo ayudar a la población a tratar de ir superando el momento. Hay que poner en el centro a las niñas y los niños, porque les ha de ser realmente difícil entender lo que están viviendo.
El aquí y ahora de Acapulco es clave. Todo lo que se haga ahora determinará su destino.
RESQUICIOS.
En San Lázaro se está llevando a cabo un Parlamento Abierto sobre la Reforma Laboral. El sector privado no está de acuerdo con la reforma y encuentra inviable la reducción de horas de trabajo. Lo importante en la mesa que participamos ayer es que existe una disposición a discutir y buscar salidas; fue un debate en verdad interesante.