Un gobierno de claroscuros
Por Javier Solórzano Zinser
A pesar de que por ahora existe una tendencia a que el partido del Presidente conserve el poder, es un hecho que hay una dosis de incertidumbre que tiene que ver, entre otras cosas, con lo que resulte en la parte final del Gobierno de López Obrador.
La política social ha alcanzado buena parte de sus objetivos. No deja de ser un tema el dinero y hasta dónde alcanzará para no sólo mantenerla, sino también potenciarla y dejar las bases a futuro.
Este rubro es uno de los más importantes y hasta ahora una de las mejores cartas de presentación del gobierno. Se junta el sentido de la esperanza y la importancia de un gobierno benefactor, lo que lleva a lo que busca a todo momento: simpatías, cercanía, obediencia y lealtad de una buena parte de la ciudadanía.
Debido a que los presupuestos han sido manejados en diversos casos de manera discrecional, no se sabe por ahora exactamente cuál podría ser el desenlace de los programas sociales. Existen evidencias de que muchas de las cosas que se han hecho le han dado un respiro y cierta capacidad de maniobra a amplios sectores de la población.
Esto es lo que Morena va a defender ante los votantes. Lo otro, las obras emblemáticas están acompañadas de la incertidumbre. No queda muy claro cuál va a terminar siendo su destino, a la distancia sigue siendo una piedra en el zapato, guste o no, la decisión de cancelar la obra del aeropuerto de Texcoco, la cual seguimos pagando los ciudadanos.
Otro elemento controvertido que nos puede llevar a inquietantes sorpresas es la falta de transparencia en cuanto al uso de recursos para estas obras. No sólo es esto, existen muchas dudas respecto a la planeación de las mismas y lo que se pretende de ellas.
El asunto es por muchos motivos importante porque, gane quien gane las elecciones del año que entra, va a ser un tema de primera importancia para el nuevo gobierno sin importar su signo político.
En particular con el Tren Maya las cosas han resultado confusas y, hasta cierto punto, desorganizadas. Los diferentes grupos que se han opuesto a la obra han pedido en innumerables ocasiones el proyecto detrás de la obra. Pareciera que no existe y que las cosas se están desarrollando sobre la marcha; por ahora, la obra ya está tres veces arriba de su costo original.
Con Dos Bocas pasa algo similar. Se ha generado mucha expectativa por parte del gobierno en cuanto a la producción de petróleo, pero esto sigue siendo un enigma, no hay semana en que nos digan que ahora si el mes que entra vamos a tener una gran producción de barriles de petróleo.
En la evaluación del sexenio estos temas son de primer orden, no sólo porque podrán darnos una idea de la efectividad o no de lo que se ha hecho en el sexenio, sino porque se va a heredar y va a ser una carga muy difícil de llevar por los problemas económicos que se van sumando para quien gane las elecciones.
El Presidente se ha dedicado estos últimos meses a hacernos ver que las obras serán formalmente inauguradas. Sin embargo, existen dudas de la efectividad de las mismas a lo que hay que sumar, particularmente con el Tren Maya, la insensibilidad respecto al tema del medio ambiente en el que una gran cantidad de grupos medioambientalistas han hecho ver sus opiniones con bases concretas, las cuales no han sido atendidas, sino más bien han sido señalados de manera oprobiosa.
La evaluación al gobierno será de claroscuros. Quien gane va a tener una compleja tarea por delante, porque sin desconocer las muchas diferencias sociales y económicas históricas, el actual gobierno se ha encargado de ahondarlas como parte de su gobernabilidad.
RESQUICIOS.
La ceremonia del Grito, en Dolores Hidalgo, tiene en sus ciudadanos su esencia y sentido festivo. Tuvimos la oportunidad de asistir y es de llamar la atención cómo una entidad tan pequeña puede transformarse y transformar su entorno ante las fiestas patrias. Es uno más de los muchos Méxicos que definen a México.