Contradicciones
Por Javier Solórzano Zinser
La voluntad del Presidente por cambiar las cosas e instrumentar sus programas de gobierno va topándose con mayor frecuencia con la terca realidad y el tiempo.
Para abordar los escenarios que se van apareciendo ha ido cambiando parte de su narrativa original en medio de la cotidianidad que lleva a olvidar con relativa rapidez las cosas.
Cada mañanera construye nuevas historias que llevan en ocasiones a que lo que se dijo un día pueda ser olvidado casi en automático a la siguiente mañana. También sucede que pareciera que no hay memoria, porque uno de los problemas de los que adolece el ejercicio diario presidencial es que no hay un proceso sistemático de seguimiento de lo prometido y expresado por el mandatario.
Algunos temas son olvidados o postergados lo que dirige a aquello que parece importante y relevante sea pasado por alto o evadido. El Presidente impone o define la agenda país y, por lo mismo, los temas los establece en función de sus intereses y sus estrategias.
Por más que el Presidente haya recorrido en varias ocasiones el país y efectivamente pocos lo conozcan como él, no necesariamente significa que tiene todas las respuestas para enfrentar la compleja situación de una nación llena de todo tipo de problemas como es la nuestra.
En el caso de las Fuerzas Armadas se ha visto cómo el candidato López Obrador imaginó lo que se tenía que hacer en el marco de un tono crítico hacia los gobernantes en turno por sus estrategias para tener a los soldados en las calles, a cambiar su perspectiva repitiendo las estrategias que se aplicaron en el pasado.
El se debe regresar a las Fuerzas Armadas a los cuarteles terminó en colocarlas en todos lados sin que de por medio se diera el más mínimo debate, lo que inevitablemente lleva a la interpretación de que la estrategia originalmente planteada no está dando del todo resultados. El Presidente cambió lo que él mismo había diseñado y hecho público una y otra vez como candidato y en los primeros meses de su gobierno, al final todo parece indicar que lo alcanzó la terca realidad y que no encontró otro camino que militarizar el país.
En el terreno de las redes es en donde se han manifestado abiertas confrontaciones, humores, desacreditaciones y también debates de buen nivel sobre lo que está haciendo el gobierno. En muchas ocasiones han sido un ámbito para evidenciar las contradicciones en las que viene cayendo el gobierno en función de sus discursos en el pasado.
En más de alguna ocasión se ha recordado, con todo tipo de intenciones de por medio, lo que en su momento decían y criticaban quienes hoy gobiernan, incluido el Presidente, comparándolo con lo que hoy están planteando.
Al gobierno a menudo lo andan alcanzando las contradicciones, lo cual tiene cierta lógica porque la gobernabilidad del país no es un asunto lineal. Nos movemos bajo diversas variantes, muchas de las cuales no hay manera de poder preverlas.
En los asuntos educativos y de salud pública se han encontrado diversas contradicciones serias y atendibles. La más recordada es aquella de que en menos de un año se tendría un sistema de salud como en Dinamarca. Después de casi cuatro años es muy diferente lo que viven millones de ciudadanos que lo que es el discurso que se pregona sobre el tema desde el gobierno.
El problema no está en equivocarse, lo relevante está en hacer acuse de recibo. En la medida en que el gobierno se abra, sea transparente y escuche las contradicciones podrán ser superadas, los procesos de crítica y autocrítica construyen ánimos, debates y fortalecen la gobernabilidad.
Las contradicciones son parte de la vida, la clave está en qué hacer con ellas.
RESQUICIOS
Es probable que en Ucrania se haya jugado el partido de futbol más largo de la historia, el juego duró 4 horas y 15 minutos. La razón fue porque el encuentro fue interrumpido en diversas ocasiones para que los futbolistas y el público fueran a los refugios ante las alarmas de posibles ataques rusos.