Por Sandra Luz Tello Velázquez
“…y yo pienso con angustia en todos los perros del universo: en mis camaradas buenos, la mayoría tan melancólicos, abrumados por esta alma nuestra que nos han dado, demasiado grande, por cierto, para unos miserables seres que no hablan ni escriben”. (Francisco Tario).
El alma demasiado grande, demasiado noble, demasiado fiel es revelada con un acertado estilo a través de la auto diégesis del narrador protagonista: Teddy, personaje principal del cuento “La Noche del Perro”. Un ser sensible, con una profunda delicadeza, en el que anidan sentimientos más nobles que los humanos.
“La Noche del Perro” es una prosopopeya prolongada que se transforma en un cuento, en el que Tario desnuda a través de su prosa lo más cruento de la existencia humana que se anuda a la existencia del animal que relata el sufrimiento de “su amo”, un poeta sin nombre, tísico, a punto de morir. La aparente expresión intrascendente de un perro muda a un hablar profundo que revela el fascinante mundo interior de un can recogido de la calle, el interior oculto para el humano.
A través de la narrativa los lectores reconocemos que un perro sufre por no tener comida, por ser castigado, por exponerse al frío, por todo aquello que afecta físicamente a los animales que padecen el maltrato, que viven en las calles, que han sido abandonados, pero en el discurso de Teddy (el narrador) se vislumbra un dolor más profundo que se extiende a los más nobles sentimientos que integran la misericordia, la piedad, la caridad y un desprendimiento absoluto.
Francisco Tario, transmite magistralmente la tristeza que supone el conocer el final propio y el de aquel a quien se ama, la muerte es irremediable, pero la impotencia, la sensación de verse a sí mismo como un deshecho destinado a desaparecer frente a la indiferencia de una humanidad que se deshumaniza sin valorar la vida de aquellos que suelen ser más débiles o necesitados es devastador.
Es así como Tario retrata en “La Noche del Perro” el dolor, la desdicha o la desgraciada causada por una sociedad que se retuerce en su interior para infringir el sufrimiento de la fauna callejera.
