Una gira para hacer lo que nos toca
Por Javier Solórzano Zinser
Quizá un poco contra su voluntad, pero suponemos que sabe que es algo que tiene que hacer, el Presidente inicia mañana una gira por Centroamérica.
Estará en Guatemala, Honduras, El Salvador, Belice y el domingo en Cuba. Si bien es un viaje que se debió hacer desde el inicio del sexenio, lo relevante es que visitará países con los que tenemos mucho que ver y con los que tenemos problemas, intereses y agenda comunes.
Es un viaje que el Presidente tenía pendiente. No basta con que el canciller tuviera contacto con sus homólogos, la presencia de López Obrador le da un giro sustantivo a las relaciones bilaterales.
Si el Presidente no ha salido del país tendrá sus motivos, como la no muy convincente idea de que la mejor política exterior es la interior. No se puede vivir aislado y más en tiempos de la inevitable globalización en donde todos tenemos que ver con todos.
Es evidente que por ahora no hay condiciones para visitar Europa, pero no por ello se puede pasar por alto la importancia de formar parte de la dinámica internacional, sobre todo por lo que está sucediendo en Ucrania. Los oficios diplomáticos en el Consejo de Seguridad de la ONU han colocado al país en una posición comprometida y de responsabilidad, va a seguir siendo tema el que México se una a la petición de sanciones a Rusia, a EU no le gusta, pero éste es un asunto que debe pasar por un hilo muy fino de acciones diplomáticas.
Ya se sabe que con España difícilmente las cosas van a cambiar. El propio López Obrador ha asegurado que tendrá que ser después de su administración cuando se encuentren caminos. Es definitivo que no se le ve sentido al hecho de que su gobierno mantenga un tono rudo en una relación de mutuo interés histórico, en lo social y en lo económico.
La gira por Centroamérica y Cuba tiene diferentes vertientes, empezando por la importancia de fortalecer nuestros lazos de historia y vida. Presumimos que las conversaciones que han sostenido el Presidente y el canciller con sus homólogos estadounidenses permitirán llevar propuestas integrales en materia migratoria.
Lo que ha pasado estos años en nuestras fronteras con los miles de migrantes hondureños, guatemaltecos, salvadoreños y en años recientes nicaragüenses, venezolanos y de otras nacionalidades es algo que no podemos seguir aceptando, nos hemos convertido en un muro hacia EU y en destino.
Ya no somos solamente el país de paso a lo que ahora hay que sumar que la migración mexicana ha crecido considerablemente. Entre la pandemia y las condiciones económicas miles de mexicanos están migrando a EU.
Si efectivamente ahora sí existe un proyecto de inversión en Centroamérica desarrollado por los gobiernos de México y EU, recordemos el fracaso del proyecto Trump-AMLO, podrían crearse condiciones en que se pudiera atemperar la migración, pero sobre todo que se ataquen de manera directa las difíciles condiciones de vida en estos países.
Habrá que ver cómo resulta el breve paso de López Obrador por El Salvador. No se trata de que el tabasqueño se meta en lo que está pasando en el país, pero no se puede pasar por alto lo que el gobierno de Bukele está haciendo; todo aquel que tenga un tatuaje o parezca de las Maras está siendo amenazado, detenido y torturado, se habla de cerca de 20 mil personas encarceladas.
En Cuba el Presidente será placeado, reconocido y aplaudido a lo cual en buena medida va; será un encuentro en algún sentido de identidades.
Como decíamos al inicio, quizás no le gusta del todo al Presidente salir, pero la gira es necesaria, se trata de ser solidarios visitando la extensión de vidas y territorios comunes.
RESQUICIOS
Cuando los votos no dan en el Congreso, cuando se aparecen los amparos o cuando nadie usa el AIFA llegan los decretazos. Con el Tren Maya cada vez hay más evidencias de las irregularidades, empezando por los estudios de impacto ambiental. El decretazo resolverá lo que quiere el Presidente, pero no el problema de fondo.