Por Ángel Kú
Llegaron con las manos vacías y terminaron como grandes empresarios millonarios. No cabe duda que los hijos de López Obrador se sacaron la lotería el sexenio pasado.
Esa es la triste pero predecible transformación de muchos personajes ligados a la autodenominada «Cuarta Transformación». Los hijos del expresidente López Obrador, particularmente Andy López Beltrán, son un caso emblemático. Sin haber pasado por el escrutinio de las urnas ni haber demostrado méritos públicos significativos, se convirtieron en actores políticos influyentes y, al parecer, también en empresarios exitosos. La fortuna les sonrió, o mejor dicho, el poder.
El reciente viaje de Andy a Tokio, acompañado del diputado Daniel Asaf, operador clave durante el sexenio de su padre, no sería tema de escándalo si no fuera por el discurso que su propio partido, MORENA, ha enarbolado durante años: la austeridad republicana. ¿Dónde quedó ese principio cuando vemos a Mario Delgado, actual secretario de Educación Pública, vacacionando en Portugal o a Ricardo Monreal paseando por España?
Tampoco hay que olvidar los vuelos en primera clase del Senador Gerardo Fernández Noroña, quien, lejos de mostrar autocrítica, salió en defensa de sus compañeros acusando “clasismo” a quienes se atreven a señalar la contradicción. No es clasismo. Es simplemente la exigencia de coherencia.
Porque aquí lo que se critica no es el lujo ni el derecho a vacacionar. Lo que se señala es la hipocresía: predican austeridad pero viven como reyes. Criticaron con fiereza al PRI y al PAN por sus excesos, pero ahora los reproducen sin pudor. La diferencia es que hoy el poder está en sus manos, y con él, creen haber ganado el derecho de hacer lo que tanto reprobaron.
Lo que MORENA vendió como una transformación ética del poder ha resultado ser, en muchos casos, una simple rotación de élites. Cambiaron los rostros, pero no las prácticas. Se prometió un gobierno distinto, pero los hechos muestran que el poder termina por parecerse a sí mismo cuando no se somete a límites ni rendición de cuentas.