Quebradero

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Es la economía…

 

Por Javier Solórzano Zinser

 

A estas alturas Trump tiene el control de su país más por el cargo que ocupa que porque los ciudadanos estadounidenses estén de acuerdo con lo que está haciendo.

Sus niveles de popularidad han bajado de manera ostensible, tiene una popularidad que rebasa por poco el 40%, hecho que no se había presentado durante mucho tiempo en la historia de su país. El desgaste ha sido significativo y más si tomamos en cuenta que tomó posesión el pasado 20 de enero.

Su gran ventaja es que no tiene enfrente una oposición que lo obligara en el Congreso y en las calles a cambiar lo que está haciendo. En algún sentido, Trump está gobernando en contra de la opinión de buena parte de la ciudadanía de EU, si no fuera así sus niveles de popularidad tendrían otros porcentajes.

Su triunfo electoral fue contundente y hasta cierto punto inesperado. Sus posibilidades siempre fueron altas, pero no se llegó a pensar que pudiera tener el control en el Congreso, a lo que se suma la gran cantidad de votos de los electores. Estos sufragios no necesariamente determinan las elecciones nacionales y locales, pero mostraron de manera contundente el ánimo de los ciudadanos; tuvo más de 2 millones de votos que Kamala Harris.

Podrán decir los demócratas que alertaron de lo que podría pasar si ganaba Trump, pero en los hechos el triunfo republicano tuvo su origen en el desastre demócrata, a lo que hay que agregar la forma en que enfrentó la elección el hoy presidente. Logró meterse de manera contundente en el radar de los ciudadanos a lo que se sumaron los votos seguros de sus fieles y furibundos seguidores.

Trump está corriendo contra el tiempo, porque le queda claro que si no logra hacer los cambios que quieren en el corto y mediano plazo, difícilmente lo podrá hacer más adelante. Se la pueden cobrar en las próximas elecciones, no sólo en el Congreso sino también en protestas contra su gestión.

Esto último no debe soslayarse. En estos días se ha empezado a gestar una movilización significativa en el país, que si bien empieza con la causa migrante, poco a poco está tomando rumbos que van más allá.

Es un enigma lo que puede pasar en el mediano y largo plazo, porque no hay antecedentes de escenarios similares. Lo cierto es que algo se está gestando al interior del país, lo cual todavía no se alcanza a visualizar del todo. Podríamos estar ante futuras movilizaciones ciudadanas que vayan más allá de los partidos políticos. Trump tiene muchos frentes abiertos, algunos de ellos lo están confrontando con sectores influyentes que tienen un enorme peso en todo el país.

Su sistemático ataque a las universidades puede revertírsele, aunque por ahora tiene el control de la situación y así será por lo menos durante algunos meses. Está a nada de terminar el año escolar y se vendrá verano, lo cual desmovilizará a las universidades, pero no se puede perder de vista lo que puede venir a partir del regreso escolar.

Por ahora algo es importante: las autoridades y los estudiantes van caminando juntos. Recordemos en otros tiempos la relevancia que ha adquirido la movilización de universidades de enorme prestigio y peso en la vida cotidiana de EU.

Sin embargo, de todos los frentes abiertos que tiene Trump el más importante es el económico. Podrán atacarlo por todos lados, pero si los estadounidenses tienen una situación económica bajo control y mantienen su alto poder de consumo, muchas de las cosas que se especulan pasarán a segundo plano, porque el presidente estará fortaleciendo y alentando un asunto central en la vida de todo el país.

Trump puede seguir aislando a su país apelando al nacionalismo y al hacer a América grande de nuevo, pero lo que no le van a perdonar es que los ciudadanos pierdan su poder adquisitivo.

Volveremos a aquello de es la economía… estúpido.

RESQUICIOS.

Con el asesinato de Martha Laura Mendoza, presidenta municipal de Tepalcatepec, Michoacán, suman ya 8 los políticos muertos violentamente desde que inició el sexenio.