Denuncian que al menos 15 mujeres fueron despedidas de Sesver por negarse a validar facturas falsas y dejarse “mochar” su sueldo; piden intervención de Nahle

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Al menos unas 15 trabajadoras de los Servicios de Salud de Veracruz habrían sido despedidas de sus empleos, debido a que se negaron a validar facturas apócrifas y a entregar parte de sus sueldos como «cuota» de corrupción, de acuerdo con una denuncia hecha llegar a la redacción de La Clave.

Manifestaron que “a unas horas del Día de las Madres, mientras muchas mujeres preparan celebraciones con sus familias, otras viven en silencio la humillación de haber sido despedidas injustamente por hacer bien su trabajo. Nosotras, mujeres con años de experiencia en los Servicios de Salud de Veracruz (Sesver), alzamos la voz no por venganza, sino porque la impunidad nos está destruyendo desde adentro”.

Acusaron que en vez de “limpiar a Sesver de corruptos, se vuelve a llenar con los mismos de siempre”.

“Desde que el Lic. Roberto Torres Valencia asumió la subdirección de Recursos Materiales, la prioridad no ha sido el abasto de medicamentos, ni la atención urgente a hospitales, ni siquiera mejorar los procesos que tanto afectan a pacientes. No. Su interés ha sido otro: acudir desde el primer día al Órgano Interno de Control de Sesver, para conocer las observaciones que pesan sobre su amigo cercano, el exdirector Jorge Eduardo Sisniega Fernández, señalado por el daño patrimonial y denunciado por la gobernadora. Desde entonces, el Lic. Roberto Torres Valencia se ha dedicado a su gestión solo a proteger a este personaje.

“En esta red de protección lo acompaña Gissele León, vieja operadora de ‘moches’ en la administración anterior, quien hoy sigue asesorándolo desde las sombras. Con su ayuda, se orquestó la salida de 15 compañeras —mujeres comprometidas con su trabajo en adquisiciones, almacén, distribución y transportes— por una sola razón: se negaron a validar facturas apócrifas y a entregar parte de sus sueldos como ‘cuota’ de corrupción. La orden fue clara. Las mujeres incómodas debían irse. Y así fue”, denunciaron.

Mientras tanto, continuaron, las necesidades médicas y operativas de los hospitales quedan rezagadas. “Se ignoran los reportes, se retrasan los suministros, se castiga al personal crítico. Nosotras lo vivimos en carne propia”.

Además, “regresan personajes conocidos por sus malas mañas. En el área de Transportes, fue colocado como asesor el polémico Óscar Portilla, viejo aliado de Facundo Valdivia. Y con él volvió su operador de confianza, ‘Moscoso’, quien ya había sido despedido por el anterior subdirector David Jaziel tras descubrirse que vendía refacciones de los vehículos oficiales de Sesver, llantas nuevas y también ordeñaba los vehículos sacándoles el combustible, manipulaba diagnósticos para inflar costos de reparación, recibiendo moches de talleres externos. Hoy, esa práctica ha regresado con total naturalidad, como si nunca se hubiese castigado”.

Las denunciantes puntualizaron que “no se trata de rumores, ni de rencillas internas. Es un patrón de poder, corrupción y complicidad que ha ido sustituyendo el compromiso institucional por intereses personales, donde quienes saben operar desfalcos son premiados, y quienes se niegan a participar son marginadas y despedidas”.

“Nos preguntamos entonces qué mensaje nos están dando: ¿Que robar se premia? ¿Que callar es mejor que actuar con ética? ¿Que las mujeres que levantamos la voz seremos siempre las primeras en irnos? No es solo nuestra historia. Es un reflejo de lo que muchas mujeres viven en instituciones públicas, donde el poder se recicla y la integridad estorba. Donde no basta con hacer bien tu trabajo: hay que permanecer en silencio para conservarlo.

“Nosotras no pedimos favores ni posiciones de privilegio. Solo queremos justicia. Queremos volver a nuestras áreas, a nuestros puestos, donde dimos años de servicio limpio. Queremos que se ponga un alto a los mismos nombres que han saqueado a Sesver bajo distintas máscaras. Queremos que la gobernadora y el secretario de Salud nos escuchen y actúen, no solo cuando hay reflectores, sino cuando hay mujeres víctimas de abuso institucional”, sentenciaron.