Jorge Romero, “delfín” del actual dirigente Marko Cortés, se perfila para ser el próximo dirigente nacional del PAN.
Con un avance del 89.2 por ciento del conteo en la elección interna panista, Romero contaba con una ventaja arrasadora de 80 por ciento de los votos, contra 19.4 por ciento de su contendiente Adriana Dávila.
La Comisión Organizadora Nacional de la Elección del Comité Ejecutivo Nacional (CONECEN) informó que la jornada electoral panista transcurrió con orden y normalidad, con una participación de aproximadamente 45 por ciento de la militancia.
En su mensaje de “victoria”, Jorge Romero dijo que la planilla que encabeza se encargará de “reconstruir” al blanquiazul. «Podemos decir, sin temor a equivocarnos, gracias a la militancia, ganamos la dirigencia nacional del PAN. Muchas gracias, sí se pudo», festejó Romero, aún sin cifras oficiales.
En Veracruz, Romero contó con el apoyo de la familia Yunes y sus aliados, que desplegaron un operativo para favorecerlo.
Antes de su traición y de votar todas las reformas de Morena, el senador Miguel Ángel Yunes Márquez hizo pública su adhesión al proyecto de Jorge Romero, a quien el pasado 1 de septiembre llamó “próximo dirigente nacional del PAN”.
Romero admitió que asumirá la dirigencia en una época “de las más oscuras» para el PAN, por lo que hizo un llamado a la unidad, incluso a quienes no apoyaron su planilla y prometió “apertura total” en el partido.
El proceso de expulsión al que sometió el todavía dirigente nacional del PAN Marko Cortés al senador Miguel Ángel Yunes Márquez y a su padre Miguel Ángel Yunes Linares está por definirse.