Retrato de mujeres en álbum de familia

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Por Sandra Luz Tello Velázquez

Una preocupación en la narrativa breve de Rosario Castellanos es el tema y la figura de la mujer, su estilo metafórico y simbólico nos inserta en un universo femenino complejo y lleno de matices, en el que se enlaza la cotidianidad con la angustia de la sumisión.

Los cuentos: Cabecita Blanca, Lección de Cocina y Domingo recrean las realidades de la mujer mexicana del siglo XX, dichas realidades aún se viven en algunos contextos actuales. Castellanos presenta en las tres narraciones a protagonistas inmersas en una sociedad marcada por la inequidad, las expectativas impuestas debido a los roles de género, puesto que la sociedad mexicana de la época esperaba que las mujeres se dedicaran al hogar y a la familia, alineándose con estereotipos vinculados a la abnegación femenina.

En “Lección de cocina”, ese espacio de la casa se transforma en símbolo y escenario para representar una lucha interna entre el querer y el deber ser. El interior de la protagonista anhela gritar sus sentimientos y deseos, pero los reprime dando paso a la reflexión interior acerca de la necesidad de independencia, de autonomía para expresar en voz alta la receta como un símbolo de “acatamiento” a las obligaciones impuestas por ser mujer.

“Cabecita blanca” es una herramienta inteligente de denuncia frente a una sociedad en la que hombres y mujeres no poseemos los mismos derechos, ni las mismas obligaciones en muchas ocasiones por una auto imposición de cumplir con el rol de la mujer abnegada, de la madre que, con sus acciones promueve el machismo en su hogar, marcando claramente la diferencia entre las hijas y su hijo que, por ser varón tiene ilimitados derechos y goza de la sobreprotección y justificación de la madre.

En el cuento “Domingo”, también se recrea el rol de la sumisión, ya que frente a la evidente infidelidad del esposo, la protagonista prefiere invitar a la amante del marido a la tertulia dominical para lograr que este permanezca en el hogar, reforzando la idea social propia de siglos pasados. “las mujeres sin un hombre no tienen respaldo, ni valor”, de tal forma que la fémina teme envejecer sola y sus momentos de consuelo son aquellos instantes íntimos sumidos en el nostálgico recuerdo de otro hombre.

En síntesis, Rosario Castellanos brinda en estos cuentos una representación de la mujer que conlleva una dualidad: la aceptación de la situación deplorable hacia afuera, mientras la conciencia reflexiva de las tres protagonistas  se resiste a la sumisión. En su lucha interna, las tres mujeres expresan inconformidad, pero al final mantienen las barreras psicológicas, producto de la educación, la cultura, la imposición social, esto las lleva a no pelear abiertamente, pues temen apropiarse de su vida y reaccionar para conseguir su independencia y romper con la tradición social que les señala el papel que deben mantener por su género.