El Mercado 5 de Febrero: memorias y sabores de casa

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Por Lyneth Santiago

Tacos de cochinita, empanadas, picadas, memelas, chiles rellenos, tamales, verduras, frutas, pollo, carne, cerdo, quesos, dulces, cacahuates, aguas frescas, tiendas de abarrotes… entre otras cosas, son un poco de todo lo que este mercado ofrece a los compradores.

El Mercado 5 de Febrero o mejor conocido como “El 5”, es uno de los más importantes de Minatitlán, al sur de Veracruz. Fue fundado en los años 70 y que actualmente cuenta con 53 años de existencia.

Este mercado ha sido el sostén de numerosas familias y alberga al menos a 300 comerciantes, tanto dentro como fuera de sus instalaciones y a sus alrededores, además de ser un lugar de tradición al que muchas personas acuden para desayunar o hacer sus compras.

Como cualquier otro comercio, el 5 de Febrero comenzó con muchas carencias, calles sin pavimentar y con apenas los servicios básicos… pero poco a poco éste fue creciendo hasta ser lo que hoy en día es.

Siempre que regreso a casa, una de las primeras cosas que hago es ir a comer un chanchamito (un tamal típico de Minatitlán), o unos taquitos de cochinita con un buen chocomilk, porque desde pequeña, este mercado para mí se ha vuelto una tradición, y estoy segura que también lo es para muchas familias más.

Un pedazo de historia

Fue difícil encontrar a una persona a la cual entrevistar, puesto que muchos lucían bastante ocupados, ganando el dinero para mantener a sus familias. Sin embargo, después de un poco de búsqueda, encontré a una señora bastante amable y que por dondequiera que la observaras, se mostraba cálida con su trato: Juana, de 53 años, quien lleva al menos 23 trabajando aquí.

“Mi mamá fundó su negocio aquí antes de que yo naciera, yo luego la acompañaba al local, hubo unos problemas y tuvo que cerrarlo, pero ahora aquí me ves, mija. En un local distinto pero aquí, para honrar la memoria de mi amá, porque ella de verdad amaba su localito, vendíamos cacahuates, cebollas, artículos de limpieza.”

Cabe destacar que uno de los momentos más difíciles para los comerciantes fue la pandemia de covid-19 en el 2020, puesto que varios negocios tuvieron que cerrar y durante algún tiempo no pudieron vender sus productos.

“La pandemia fue algo que nos chingó a todos mija. ¿Ves el mercado? Pues una vez sus puertas estuvieron cerradas, estaba todo solo y ni un perro se paraba por aquí. Fue difícil porque para muchas familias éste era nuestro único ingreso, así que nos lo vimos bien negro (…) varios productos se nos echaron a perder, yo hablaba con mis comadres y me decían que ya habían perdido bastantes frutas y verduras porque se pudrieron al no poder venderlas. Aquel día llegamos al mercado y nos dijeron que permanecería cerrado hasta nuevo aviso. Creo que desde ahí El 5 fue decayendo muy gacho, ya no se hacían fiestas para celebrar su aniversario ni nada, incluso la estructura pues se fregó un poco del tiempo que no estuvimos pero bueno, poco a poco muchos nos fuimos recuperando.”

Juana mencionó que fueron varias veces durante la pandemia que pensó en cerrar su local de abarrotes porque las cosas ya se le estaban echando a perder. Sin embargo, aguantó por la memoria de su mamá, porque ella prometió seguir ahí y seguir con su “legado”.

“Como en cualquier negocio, a veces hay mucha venta, otras veces hay poca, creo que la venta más baja que tuve una vez fue de 100 pesos, pero porque apenas comenzaba. Yo ayudo a mis hijos en sus estudios con el dinero que gano aquí, yo también pude haber estudiado la carrera pero decidí quedarme aquí y soy feliz, me gusta ver a la gente de aquí para allá, creo que éste es mi lugar.”

Los detalles

Después de platicar y haberme despedido de Juana, comencé a recorrer todo el mercado. Hay algunas partes de adentro que ya están dañadas, algunos ladrillos de las paredes -por donde entra el aire- ya se están cayendo, la pintura se está levantando, los azulejos del suelo están quebrados y en algunas partes ya no lo hay… es preocupante ver cómo se deterioró el 5 de Febrero tras la pandemia, puesto que antes no estaba así. Los murales de afuera estaban todavía bien pintados, no había cosas cayéndose.

Hay muchas cosas por componer en Minatitlán, algunas calles no están pavimentadas, los mercados necesitan una remodelación, hay varios baches, algunas partes del concreto hundidas por la falta de mantenimiento… cada vez que siembran árboles en el boulevard terminan secándose por la falta de agua, el malecón tiene una fractura por toda la parte de abajo y es peligroso para quienes transitan por ahí.

El “gobierno del pueblo” –como se hace llamar- se ha preocupado más por embellecer e impulsar el turismo en esta zona, en vez de primero preocuparse por darle mantenimiento a las calles, a los mercados, al malecón, donde pueden correrse altos riesgos por cómo se encuentran las estructuras. Que si bien no está mal impulsar el turismo, primero habría que preocuparse por los de casa.