Insania: elecciones 2024

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Por Lyneth Santiago

Me levanto y lo primero que escucho al encender la televisión y buscar un medio que esté dándole seguimiento a la jornada electoral, es la frase que hemos venido escuchando desde hace seis años; “estamos muy bien” -aunque en este caso haciendo referencia a las elecciones-.

Mientras tanto, en la red social ‘X’, varios videos donde se muestra la quema de boletas, la agresión a los funcionarios de casilla, los intentos de robo -algunos logrados- en las casillas, entre otros. Pero sí, vamos muy bien en la jornada electoral ya que no se reportaron casos de agresiones.

La primera vez

10:23 de la mañana, el calor del asfalto comenzaba a calar en mis pies, el nerviosismo por ser la primera vez que iba a votar, por tener aún algunas dudas sobre qué candidato elegir, pero ya me encontraba ahí. En la casilla electoral número 1987, lista para ejercer mi derecho al voto.

Mientras esperaba en la fila correspondiente a la inicial de mi apellido, logré escuchar a algunas personas tararear la famosísima canción de Movimiento Ciudadano; “¨Presidente Máynez, Máynez, Máynez, Máynez presidente…”, cuestionándome tres cosas. La primera; ¿habrán leído las propuestas?, segunda; ¿tendrán la noción de que Máynez sólo se encuentra como candidato para dividir los votos? Y tercera; ¿sólo por la canción habrán votado por él?

Otros, orgullosos de haber ejercido su voto “5 de 5” por un partido. Pero al final, ¿qué puede hacer uno? Si al final, el voto es libre. Pero ¿qué mejor que la variedad en el gobierno?

¿Qué se hace en un país que se deja llevar por lo que nos van a dar, pero no en lo que nos van a quitar?

Después de pensar en tantas cosas -y a la vez en nada- ya estaba en la entrada a la casilla, y pronto, ejercí mi voto por primera vez. Con dudas, miedo, inquietud, pero confiando en que votar es un sinónimo de impulsar a una ciudadanía participativa. Porque sí, en estas elecciones, los mexicanos hicieron historia.

 

Las casillas ESPECIALES

Palacio De Gobierno

El Instituto Nacional Electoral puso a disposición las llamadas ‘Casillas Especiales’, a las que personas que estuvieron de viaje -por trabajo u alguna otra situación-, foráneos y demás, teniéndolas a la mano para poder votar en estas elecciones.

Las 12:00 pm, después de un largo trayecto en el camión -por el tráfico-, había llegado al centro de Xalapa y lo primero que vi fue la cola que había para la casilla especial en el Palacio De Gobierno, y eso que aún no veía la que se había instalado en el Palacio Municipal.

Casillas que estuvieron saturadas y que sólo contaban con mil boletas cada una, donde muchos jóvenes, adultos y gente de la tercera edad, se quedaron sin poder votar al no alcanzar boleta.

Entre suposiciones de que las boletas ya se habían acabado, el tráfico en el centro de Xalapa, las filas interminables que hacían un “caracol”, gente deshidratada, gente que llevaba 5 horas -o más- esperando, ahí se encontraban las personas. Listas y decididas a ejercer su derecho al voto. Aunque el calor estuviese aumentando, eso no les detuvo en absoluto.

Mientras recorría la parte trasera del Palacio De Gobierno, pude observar a gente que llevaba sombrilla, que buscaban la sombra… otros que inclusive habían llevado sus sillas desplegables para evitar estar parados tanto tiempo… y los vendedores, haciendo seguramente una de las que serían sus mejores ventas.

Algunas personas ya se encontraban cansadas, fastidiadas y estresadas de estar desde temprano y continuar en una espera interminable. El sol, a todo lo que daba.

 

Mientras caminaba y fotografiaba, decidí entrometerme en medio de las filas, donde la gente se encontraba aglomerada (aunque era una de las cosas que se había intentado evitar), y gente preguntando que si ahí estaba la casilla, a lo que le respondían que “sí, pero esta es casilla especial, solo para quienes vienen de viaje o son foráneos”, pero este hecho les daba igual y se iban a formar.

Caminaba entre rostros cansados, el ambiente era tenso, lleno de fastidio e incertidumbre de saber si iban a alcanzar a votar o no, de si la espera realmente valdría la pena…

Decidí acercarme a un joven que se encontraba sentado en las escaleras (cerca ya de la meta). Gadiel, un muchacho que venía de Minatitlán, Ver., allá de mi querido sur, él lleva dos años viviendo en Xalapa.

Mantuve una plática con él, en la cual opté por hacer algunas preguntas. Gadiel me comentaba que;

  • Solamente hay civiles comentando que está muy lleno y que las boletas no iban a alcanzar, sin embargo, alguien por parte del INE, no se nos ha acercado. Además, hay gente que no son foráneos o vienen de viaje, y vienen a votar aquí.

Agregó que su opinión acerca de las elecciones de 2024 es que eran muy “cerradas” puesto que las que iban por delante eran Xóchitl y Claudia, argumentando que para que Máynez lograra igualar a alguna, iba a estar muy difícil.

Gadiel estaba cansado, y eso podía notarse en sus ojos, en sus facciones, ¿y cómo no? Si llevaba 5 horas -y quien sabe cuántas más después de que me fui- esperando para poder votar.

Palacio De Gobierno, la fila de la izquierda era la que pasaría primero -ya que habían llegado primero-, mientras que la fila de la derecha aún les hacía falta darle toda la vuelta al Palacio para pasar.

 

Avanzando en la fila, me acerqué a platicar con una chica llamada Abigail, quien me dijo lo siguiente;

  • Creo que hay mucha más gente de la que se pensó, al menos hay más gente en comparación de otros años, o al menos yo lo noto así por la cantidad de gente que veo, por el largo de la fila. Además, yo creo que la organización de los del INE no se han dado abasto porque alrededor de aquí, no han venido a preguntar de si estamos correctamente formados o algo así, no se ha visto movimiento.

Recalcó que al menos ella ya había decidido su voto y que no tenía en mente darle el poder a un solo partido puesto que, debía haber diversidad dentro del gobierno y que se trataba de saber distribuir nuestro voto. Además, agregó que de tener solo un partido al mando y no oposición, ¿qué sentido tendría la democracia?

Palacio municipal

Esta era una parte la fila que había para la casilla especial del Palacio Municipal, en donde más gente llegaba a formarse

 

Al igual que la casilla especial del Palacio de Gobierno, en esta también debían de dar toda la vuelta… ¿la diferencia? Aquí no había doble fila, estaban mejor organizados. Pero también estaban cansados, acalorados, y muchos ya desesperados por poder votar. Esa fila subía todo Revolución.

La gente buscaba la sombra, muchos ya hasta se encontraban sentados pegados a la pared debido al cansancio que tenían de estar esperando por tanto tiempo parados, vendedores de paleta que se daban un recorrido por las filas una y otra vez… el clásico Bon Ice, las clásicas paletas percheronas, o alimentos más gourmet como fresas con crema eran lo que rondaban por ahí.

Algunos se quejaban del tiempo que llevaban esperando, otros del calor, unos se encontraban colocándose bloqueador solar y unos más, delegando a una persona para que bajara por las aguas.

Más adelante, una señora que estaba sintiéndose mal por un posible golpe de calor.

Sólo había una fila, pero una vez que llegaban a la esquina que daba con el Callejón Rojas, se cruzaban del otro lado para estar en la sombra, haciendo parecer que eran dos, pero en realidad era una sola

 

Al subir más, me encontré con una colega, Ingrid Villa, una joven foránea proveniente de Jáltipan, quien ya llevaba tres horas (casi cuatro) esperando para poder pasar a votar, argumentando que no habían avanzado tanto.

En esta casilla especial, las cosas fueron totalmente diferentes.

  • ¿El OPLE ha venido a decirles algo?
  • Sí, de hecho vinieron a darnos papelitos, por primera vez, después de tanta queja, nos repartieron papelitos y soy la número ochocientos once.
  • ¿Qué opinas de las elecciones de 2024?
  • Creo que para jóvenes como nosotros o como yo, yo creo que es pensar en el futuro y… para estos candidatos que tenemos postulándose, es votar por el “menos peor”, o votar por que haya un cambio verdadero.

Ingrid, notándose cansada por estar parada tanto tiempo, dijo algo muy importante y que, en la casilla de Palacio de Gobierno, no pude escuchar. “La verdad es que sí hay un ambiente colectivo, sí nos hemos unido, hemos platicado y nos hemos quejado en grupo, lo cual me parece muy bien ya que somos muy participativos y uno se siente muy en confianza rápidamente”.

¿Los vendedores también tendrían planes para ir a votar?

 

Después de despedirme de ella, me acerqué a entrevistar a un vendedor de paletas de hielo llamado Martín, porque me sentí curiosa y con una pregunta, ¿ellos también irían a votar?

Al principio me platicó que llevaba dos horas vendiendo y que aunque sus ganancias iban “más o menos”, esperaba que pronto aumentaran.

  • ¿Qué opinas de las elecciones?
  • Sinceramente, la verdad, hasta ahorita desconozco de las elecciones, el voto es libre, entonces lo único que te puedo decir es que gane el mejor. Yo no estoy a favor del Presidente, de los políticos, ni de nadie. Yo no iré a votar, así que pues, que gane el mejor.

Claro que hubo distintas opiniones, personas que hacían largas filas esperando poder votar, y otras que simplemente preferían no votar.

La casilla especial del Palacio Municipal.

 

Motivaciones y frustración

El regreso a casa fue cansado, era como si yo me hubiese “contagiado” del cansancio de quienes esperaban en las filas, al parecer me lo había llevado a casa ya que me sentía agotada.

Tuve que bajarme en una calle que quedaba un poco lejos de donde vivo, dado que el chofer del camión quería evitar pasar por ahí debido a la aglomeración de autos que había en la casilla 1987, pero a decir verdad, tuve una plática muy interesante con una señora de la tercera edad, cuyo cabello era rojo y de quien desconocía su nombre.

Ella me comentó que cuando despertó lo primero que hizo fue llamarle a un amigo suyo, “un viejito como yo”, fue como se expresó. Me contó que cuando le llamó y habló con su amigo para ir a votar, él le dijo que estaba cansado, que de todos modos él ya estaba viejito y que para qué votaba…

  • Debes de votar porque aunque estemos viejitos, nuestro voto vale, con nuestro voto puedes cambiar el rumbo del país.

Después de eso, me despedí de ella, dándome cuenta de que, una sola frase, puede impactar de forma positiva en alguien.

“Vivo en esa calle de allá, es un portón negro, ahí tienes tu casa por si un día no tienes internet y quieres venir a platicar con una viejita como yo”.

Las elecciones continuaron. San Juan del Río, Qro., con varias casillas siendo asaltadas por el crimen organizado, el intento de robo e incineración de boletas en la CDMX, gente con golpe de calor debido a las altas temperaturas, candidatos ejerciendo la famosa coacción sobre otros, foráneos, viajeros y hermanos mexicanos en el extranjero quejándose por la falta de boletas en las casillas especiales, medios nombrando ya a una presidenta aún cuando el INE aún no presentaba el PREP…

Los medios de aquí para allá con información exclusiva, las mesas de debate, los reporteros transportándose de un lugar a otro para dar a conocer a las personas la situación en el país, las elecciones de 2024 siendo denominadas como históricas por la participación de los ciudadanos.

“Fraude electoral”, similitud al fraude de 1988, el supuesto hackeo a los sistemas del PREP, las anomalías y caídas en la plataforma del IECM, el “adiós a la libertad de expresión y la bienvenida a la dictadura”, las tendencias en redes sociales, mexicanos decepcionados de los propios mexicanos, la preocupación, la emoción, el país pintándose lentamente de rojo ante la posible y futura hegemonía… ¿qué nos deparará este sexenio?

¿Será esto el dejo de una futura dictadura?