Quebradero

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Migrantes. La transformación de EU

Por Javier Solórzano Zinser

Chicago.- Las y los mexicanos en EU ya le cambiaron la cara al país. Todavía no estamos viendo el tamaño de lo que va a venir en un futuro.

Es la población latina, particularmente la mexicana, la que ya le muestra a EU lo que es parte de un futuro inevitable. Además de que muchos latinos ya forman parte de la clase política, el valor económico que le dan al país es cada vez mayor, lo cual para muchas ciudades es fundamental en su desarrollo.

Es un fenómeno que pasa por lo cultural, social y hasta deportivo, pero tiene en la economía un factor central que permite el desarrollo del país. Es lógico que ante el próximo proceso electoral, México se convierta en uno de los centros como nunca antes había sucedido.

La mayoría de las y los candidatos a cargos públicos, sobre todo, los aspirantes a la Presidencia, tienen en su radar y en su narrativa a los latinos. Tienen que buscar cómo agenciarse sus simpatías, porque saben que sus votos son elemento fundamental para un eventual triunfo.

Si todo esto es en el aquí y ahora, imaginemos qué puede pasar en al menos 10 años. La población mexicana va a crecer hasta convertirse, si no es que ya lo es, en la primera minoría. Esto significa que EU muy probablemente desde la perspectiva de su integración social y racial va a ser un país muy distinto del que ha sido a lo largo de su historia. Va a albergar a una nueva minoría que es influyente y que además se desarrolla con sus propios orígenes, los cuales, por más que vivan en otro país que no es el suyo, no dejan de respetarlos y mantenerlos.

Chicago va convirtiéndose paulatinamente en parte de esa nueva realidad por venir. La ciudad tiene una mexicanidad que se ve por todas partes. La presencia de los paisanos está fundamentalmente en los servicios, en la mayoría de los restaurantes y oficinas  se habla español. Muchos estadounidenses de origen latino se han dado a la tarea de aprenderlo tomando clases o por su cuenta.

Si hace unos años los latinos se tenían que esconder, hoy ya están por cualquier lugar entendiendo que hay muchas cosas que no pueden hacer hasta no tener la residencia. Hace algunos años un dreamer nos decía que la razón por la cual quería que le dieran la nacionalidad era porque quería escuchar a todo volumen la música en su troca sin que lo detuviera la policía, porque seguramente le pediría los papeles por su apariencia.

La gran pregunta que nos tenemos que hacer desde México es qué relación estamos teniendo institucionalmente con ellos. Muchos con quienes hemos conversado hablan de que el único interés que tienen los gobiernos es que no dejen de enviar sus remesas.

“No lo vamos a dejar de hacer, porque se trata de nuestras familias, pero sabemos muy bien lo que significan nuestros dólares para el país”, nos dice Adolfo Soto quien lleva 40 años en Chicago.

Todos los gobiernos colocan las remesas como parte del fortalecimiento de la economía, como si fuera un elemento estratégico de sus políticas. Lo cierto es que las remesas han salvado al país en momentos críticos, como sucedió con la pandemia.

La próxima presidenta de México tiene que encontrar una estrategia de entendimiento con el gobierno vecino, fundamentalmente para desarrollar políticas comunes que puedan defender a los migrantes que en una gran cantidad de casos siguen siendo discriminados y violentados. Una cosa es la narrativa y, otra cosa muy distinta, son los acuerdos concretos que en muchos casos, si los ha habido, no se cumplen. Este asunto debiera ser de primerísima importancia en las campañas políticas, pero por lo que hemos visto nadie se ha detenido en ello, de no ser los clásicos lugares comunes.

Por Chicago ya está pasando la gran transformación social de EU.

RESQUICIOS.

Un gobernador dice que el secuestro de más de 60 personas en su estado “son cosas que pasan”. Una gobernadora se reúne con policías y manifestantes que tienen parada la ciudad y dice que no va a atender “caprichos”, se da la vuelta y se va.