La última elección

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Por Fernando Vázquez Rigada

Si la sociedad no sale a votar masivamente el 2 de junio próximo, esta será la última elección libre del país.

El oficialismo ha perdido ya todo pudor. Las reformas que va a anunciar hoy el presidente no dejan lugar a dudas. No son una iniciativa de reforma, sino de un descuartizamiento de la Constitución.

Se pretende perpetuar la militarización del país al mismo tiempo que se desaparece la protección a los derechos humanos. Se clausura la transparencia para que los ríos de dinero sucio inunden las elecciones y los bolsillos de los corruptos integrantes del primer círculo presidencial. El círculo dictatorial se cierra con la desaparición de la representación proporcional, el control del INE y la supresión de la independencia judicial.

¿Qué es un país en donde el gobierno organiza las elecciones, controla al legislativo y el judicial y encarga a las fuerzas armadas áreas torales de la vida pública?

Una dictadura.

Quien no quiera verlo, es porque no quiere. Esa es la intención real, y el riesgo brutal, que enfrentamos.

La única forma de frenarlo es mediante una participación ciudadana masiva.

Y debe ser hoy. No hay mañana.

Vendrán las marchas del 18 de febrero. Hay que tomar las plazas de las principales ciudades del país. Van casi cien. Faltan más.

Hay que resguardar las credenciales de elector. Generar círculos de activismo con un mínimo de 5 personas. 10 es el ideal. Esas personas deben conseguir, a su vez, otras cinco. Mantenerlas en contacto, informadas, e ir a votar.

Hay que olvidarse de los esquiroles. El país está en riesgo y, por tanto, sólo hay de dos sopas. Se está a favor de la dictadura o en favor de la libertad. Todo voto que no sea en favor de Xóchitl Gálvez es a favor la dictadura. No hay tercera vía. Ni siquiera hay que mencionar el nombre del partido o de su patiño.

Hay que armar legiones de observadores, de cuidadores de casilla y paquetes electorales. Todo el que tenga relaciones en el exterior debe alertar sobre lo que está pasando en México.

La elección no está definida. Si lo estuviera, los operadores del régimen no estarían tan preocupados por censurar periodistas, amedrentar legisladores, acosar a opositores, mandar migrantes a hostigar a la candidata presidencial o al candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad y el crimen no estaría asesinando candidatos de la oposición.

La elección será disputada, pero depende de nosotros.

He escuchado que muchos se han desencantado por las listas de representación proporcional del Frente. Tienen razón. ¿Son mejor las de Morena? ¿Tienen duda de qué clase de gobierno hará Claudia Sheinbaum? Quedarse sentados no es opción. Hay demasiado en riesgo.

La mayor participación en la historia fue en 1994: casi 78%. El país se deshacía. Igual hoy.

La amenaza del crimen, la tentación autoritaria, se dobla votando. Ecuador fue el ejemplo.

Activar a la juventud descalabra a los populismos: Argentina dio la lección.

No hay más. Si queremos libertad y democracia hay que movilizarnos ya.

O resignarnos a que esta sea la última elección.

 

@fvazquezrig