Quebradero

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El PRI sin rumbo y zapeado

 

Por Javier Solórzano Zinser

El Presidente se trae a raya al PRI. Se la pasa dándole de zapes a todo lo que tiene que ver con el tricolor, lo trae bocabajeado.

Por más que en el PRI han intentado organizarse y reestructurarse nomás no han podido. No hay día en que no se dé a conocer que algún militante, incluso los históricos, deje el partido. Una de las principales razones es la falta de rumbo y una abierta crítica de muchos priistas a la dirección del afamado Alito.

No sería de tanta trascendencia que el Presidente arremetiera contra el tricolor si el partido estuviera en el rumbo de tener rumbo. Si alguien los conoce es el expriista López Obrador. Conoce sus mañas, sus formas y también cómo establecen la relación con el ejercicio del poder, pasaron más de 70 años en la Presidencia; el tabasqueño los conoce, fue parte de ello.

En lo que pudiera ser un intento por compartir proyectos del Gobierno con su eventual apoyo a la propuesta presidencial sobre las pensiones, entre otras cosas mandaron un apoyo y guiño al tabasqueño quien ni en cuenta lo tomó, más bien no perdió la oportunidad para mandarles un zape más: “Hasta las piedras cambian de forma de pensar”.

Presumimos que quienes han hablado del tema en el PRI conocen los detalles del proyecto y esperemos que no les pase por alto que no hay país del mundo que pague el 100% de las pensiones, más allá de la voluntad de querer hacerlo.

El problema mayor para el PRI es que no se le ve proyecto alguno. Xóchitl Gálvez está jugando a quedar bien con el máximo dirigente del partido bajo la idea de que ya se fue del tricolor lo más malo como si Alito representara particularmente lo contrario.

El tricolor no tiene futuro mientras siga bajo las condiciones en las que está. Hay esbozos de autocrítica, pero no hay un proyecto que coloque una perspectiva entre los ciudadanos de una organización que se reinventa.

Estos años el PRI ha terminado en más de lo mismo, lo que lo coloca ajeno al grueso de la población, independientemente de que bien se sabe que Morena es una suerte de PRI corregido y aumentado.

Es paradójico que muchos expriistas que hoy están en Morena hayan representado parte importante de lo que el Presidente señala todos los días. Sin embargo, de la noche a la mañana se convirtieron en los buenos de la película, siendo que desde hace tiempo la ciudadanía los veía como parte del hartazgo bajo el cual vivía y por el cual fue tomando nuevas decisiones de carácter político electoral; como muchos otros recibieron el perdón del inquilino de Palacio Nacional.

Poco o nada ha hecho el PRI para convocar a la ciudadanía a participar desde sus posiciones políticas en el proceso electoral. Están eligiendo candidatos bajo la óptica de cuidarles a algunos las espaldas o de que entre la dirigencia y sus cercanos estén en el juego de no perder la posibilidad de seguir siendo parte del presupuesto.

El problema para el PRI es que no se ve cómo se atemperen sus problemas de representatividad. Cabe la posibilidad de que pueda perder el registro en más de algún estado. Siguen sin entender el tsunami del 2018 más allá de que la decisión ciudadana en favor de López Obrador haya tenido que ver con las virtudes que en su momento se le vieron al tabasqueño.

Los ciudadanos tomamos también nuestra decisión buscando hacer a un lado a las y los políticos que durante años gobernaron y que nos llevaron al hartazgo en medio de la corrupción, la incapacidad y el abuso, entre otras muchas cosas, todo ello representado por el PRI y por más de alguno que está en Morena.

No hay futuro, porque siguen sin construir presente, están estancados.

RESQUICIOS.

El Presidente tendrá que manifestarse sobre la negativa del gobierno venezolano de que María Corina sea candidata a la presidencia. En otros casos la reacción ha sido inmediata. María Corina tiene un apoyo sustantivo de la población y más allá del resultado final el Gobierno mexicano debe manifestarse en favor de su participación.