Refundar Veracruz

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Por Raúl Arias Lovillo

Veracruz ha tenido desde siempre una importancia histórica inobjetable. Hace más de 500 años fue la puerta de la cultura occidental a tierras continentales de América y asentamiento del primer Ayuntamiento. Incluso mucho antes de la llegada de los españoles, en tierras veracruzanas se desarrolló la cultura Olmeca, madre de las culturas mesoamericanas.

Desafortunadamente hoy vive una de sus peores etapas con el actual gobierno de Morena. Por su escaso horizonte de miras nunca propuso festejar por todo lo alto el medio siglo de nuestra fundación. Los malos resultados de gobierno se han evidenciado en todos los ámbitos que hoy nos ubican, desgraciadamente, como uno de los peores del país. El balance no puede ser más desfavorable: crecimiento económico prácticamente nulo, sin creación de empleo, sensible aumento de la deuda pública, incrementos importantes en los niveles de pobreza y marginación social, altos índices de violencia e inseguridad, desastroso desempeño en salud y educación, sistemática violación de leyes y reglamentos, desprecio absoluto por la cultura y el diálogo social, entre muchos otros indicadores de nuestra tragedia.

El próximo gobierno tendrá la importante encomienda de devolver la tranquilidad y la confianza a la sociedad veracruzana, así como mejorar los indicadores económicos, sociales y culturales. Si esta tarea de reconstrucción es impostergable, porque no aprovechar la coyuntura para refundar Veracruz, es decir, sentar las bases para impulsar una nueva etapa de nuestro desarrollo. Expliquemos esto a partir de tres áreas estratégicas: economía, energía y educación.

Urge reestructurar la economía estatal. Los sectores que en otros años propiciaron un notable crecimiento económico y una destacada participación de Veracruz en el PIB nacional, hoy se encuentran en crisis. Nos referimos a la ganadería, la cafeticultura, la caña de azúcar y la citricultura. No estamos pensando en desaparecer estas actividades productivas, por supuesto. Estos sectores deben entrar en un proceso de modernización en la búsqueda de mayores niveles de productividad y rentabilidad. No hacerlo nos condena a mantener bajos niveles de crecimiento económico y de empleo. Veracruz debe entrar al siglo XXI tratando de jugar un papel competitivo en la actual división internacional del trabajo y en la nueva reconfiguración de fuerzas económicas. Para jugar ese papel competitivo nuestro estado debe asegurar certeza jurídica, seguridad pública, mano de obra calificada, infraestructura y conectividad. Esto se enuncia muy rápido pero es una cuidadosa labor que requiere visión, tiempo y suma de esfuerzos de personas e instituciones. Al final el resultado será con toda seguridad el éxito. Se puede pensar en utilizar las ventajas que ofrece el nearshoring, la estrategia empresarial que consiste en trasladar procesos, servicios y funciones a una zona de menor distancia geográfica a los mercados. En el caso de Veracruz, el acceso comercial a través de sus tres puertos es una ventaja indiscutible. En esta órbita se encuentra la construcción de una estrategia competitiva en el turismo.

En el ámbito de la energía, Veracruz debe transitar a la producción y uso de energías limpias, principalmente eólica, hidraúlica y solar. Sus condiciones geográficas y naturales ofrecen posibilidades ideales para hacerlo. Históricamente hemos sido un estado petrolero y de producción eléctrica a través de la única planta nucleoeléctrica existente en México, la de Laguna Verde. Sin embargo, cada vez más se están utilizando las energías limpias en el mundo, dejando obsoletos los otros tipos de energía por su alta contaminación.

Finalmente, uno de los factores que juegan un papel fundamental en el desarrollo de una sociedad actual es la educación. Nos referimos a una educación con estándares de alta calidad. Independientemente del desastre nacional en este terreno es posible gestionar un sistema educativo estatal integrado desde la educación básica hasta los niveles de investigación científica y tecnológica. Además, sigue siendo válida la premisa de que la educación de calidad es el factor más importante redistributivo de la riqueza: se distribuyen activos sin afectar derechos de propiedad.

La refundación de Veracruz no es un sueño guajiro, se puede hacer realidad a partir del impulso de un gobierno de coalición, donde las distintas fuerzas políticas de la oposición se alinean para conseguirlo junto a la participación activa de la sociedad civil organizada. Por supuesto, se requiere voluntad política, visión y compromiso. Veracruz, su historia y su gente lo merecen.