Por Raúl Arias Lovillo
Veracruz vive desde hace algunos años un estado prácticamente de abandono. Son bastante deplorables nuestras actuales condiciones económicas y sociales. Todos los datos evidencian la enorme crisis de los sectores económicos y el incremento de la pobreza en nuestra entidad. Llegamos a esta situación por la mediocridad de la mayoría de los responsables de las políticas públicas, pero también por la enorme desviación de recursos financieros para fines electorales y propagandísticos de Morena, así como por el gran despilfarro de los presupuestos públicos. Este desastre se completa con los altos índices de violencia e inseguridad que vivimos en el estado. Todo esto ha traído como consecuencia la desilusión y la desesperanza de la ciudadanía veracruzana, que no ve futuro ante la tragedia. Cambiar esta situación no será nada fácil, pero la tarea no es imposible.
Afortunadamente Veracruz sigue siendo un estado con enormes riquezas y potencialidades. Su posición geoestratégica es envidiable, sus tres puertos importantes (Tuxpan, Veracruz y Coatzacoalcos) ofrecen una salida comercial hacia Norte, Centro, Sudamérica, Caribe y Europa. Mantiene aún una gran biodiversidad, incluyendo la selva ubicada más al norte del Ecuador, 745 kms de litoral marítimo y aproximadamente una tercera parte de toda el agua dulce del país. No menos importante es su diversidad cultural, que se enriquece al integrar un diez por ciento de población indígena en el total de sus habitantes. Estas características de la entidad y sus innegables capacidades permiten visualizar el desarrollo de importantes proyectos económicos en el futuro.
Sin embargo, si seguimos haciendo lo mismo la crisis se profundizará y acabaremos por matar esta tierra pródiga. No se trata solamente de sacar a Veracruz de su actual devastación, el próximo gobierno debe impulsar las bases de un desarrollo económico y social muy diferente al que hemos vivido hasta ahora.
En primer lugar, habrá que terminar con tanta mediocridad en el gobierno y con tanta ocurrencia. Resulta cuando menos paradójico que el gobierno más anti neoliberal de las últimas décadas tenga las políticas públicas más atrasadas y con nula visión de futuro. En adelante todas las acciones del gobierno deberán de pasar por el filtro del consenso y por el estudio fundado en la información y el conocimiento.
Veamos, solo a manera de ejemplo, el caso del sector turismo. Veracruz podría constituirse en algunos años en una auténtica potencia turística si se logran construir las condiciones para ello. Consideremos el referente de Costa Rica. Este país centroamericano es considerado el país líder en ecoturismo debido a su biodiversidad de flora y fauna, a sus parques nacionales y a sus áreas protegidas. Recibe 2.5 millones de turistas al año y genera aproximadamente unos 3 mil millones de dólares (el tope máximo antes del COVID fue de 3,988 millones de dólares). Por lo que respecta a nuestro estado, Veracruz recibe anualmente un poco más de 1.5 millones de turistas e ingresa mil millones de dólares, de acuerdo a las declaraciones del secretario de turismo de la entidad. No hay duda que se pueden alcanzar mejores resultados en nuestro sector turístico.
Existen condiciones objetivas para competir contra Costa Rica en el ámbito turístico. Veracruz no sólo tiene una gran biodiversidad y áreas protegidas de gran hermosura como las del país centroamericano, sino que además aquí contamos con dos factores que no existen en el país vecino. Me refiero a nuestras zonas arqueológicas y a la rica y diversa gastronomía veracruzana. Un grupo de lugares de la entidad veracruzana pueden evidenciar las condiciones reales de competir como potencia turística: El Tajín, Villa Rica, Cempoala, Roca Partida, Costa Esmeralda, Veracruz Puerto, Tlacotalpan, Los Tuxtlas, más una gran cantidad de pueblos tradicionales que forman parte de nuestra cultura.
A lo largo de los años hemos apostado que estas condiciones favorables de Veracruz son suficientes para tener una gran asistencia turística en nuestro estado. El colmo ha sido el actual gobierno de Morena, quien no ve necesario impulsar políticas públicas de apoyo a este sector. La realidad contradice esta convicción. Hoy se requiere hacer una gestión científica de nuestro turismo a partir de la información y del conocimiento, posicionar un nombre, lograr la identidad de todas las empresas y entidades participantes, impulsar una gran programa de capacitación de todo el personal, construir y mantener actualizada una base de datos, desarrollar una importante campaña nacional e internacional de marketing, entre otras muchas acciones.
El ejemplo del turismo ilustra las posibilidades de impulsar proyectos exitosos innovadores en varios sectores económicos de Veracruz. Obviamente, primero se tendrá que poner fin a la violencia y a la inseguridad, así como mejorar nuestras condiciones de vialidad y comunicación. Muy cierto, pero otro Veracruz es posible.