Quebradero

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Veremos si son o no son

 

Por Javier Solórzano Zinser

 

 Los fraudes electorales no solamente pasan por las autoridades. Los partidos políticos son claves, porque en innumerables ocasiones se pasan por alto las leyes y se distinguen por su opacidad. Tratan de darle la vuelta a la autoridad electoral para luego responsabilizarla por las irregularidades que en muchos casos cometen.

El proceso electoral adelantado es una manifestación de ello. Se adelantaron para, posteriormente, reclamarle al INE las medidas cautelares que estaba exigiendo.

Las leyes electorales que tenemos, como se ha repetido en innumerables ocasiones, son producto de debates intensos en que quienes hoy gobiernan exigieron que se contemplaran, lo cual terminó por hacerse.

El PRI en su pasado le dio mil vueltas a las leyes que él mismo hacía con el gobierno. No solamente tenía que ver con lo que hacía el partido, sino que al ser un partido de gobierno echaba a andar todo tipo de triquiñuelas con tal de ganar las elecciones. Sumemos a esto que durante muchos años la oposición era exigua y no tenía un peso real a nivel nacional.

Las cosas ahora son diferentes. Sin embargo, de nuevo estamos ante escenarios del partido mayoritario y de una serie de prácticas que al estar en la opacidad no se pueden detectar, pero que están siendo denunciadas. El dinero que se mueve en muchas dependencias oficiales no queda claro en qué termina, el caso de Segalmex genera todo tipo de dudas, porque todo el dinero que ha sido denunciado que desapareció tiene que estar en algún lugar.

La ventaja que tiene el partido oficial es que por ahora tiene una tendencia que le es abiertamente favorable. No hay indicios por ahora que muestren de cualquier manera que las y los gobernadores de Morena se vayan a quedar cruzados de brazos, como tampoco hay indicios de que la maquinaria de gobierno, la cual ya está funcionando, también tome distancia y permita que se desarrollen las elecciones en plena transparencia.

Morena, que tiene mucho del PRI con todo y sus mañas, se ha de estar preparando para cualquier tipo de contingencia. En algunos estados el problema del partido no está en que pueda eventualmente perder la elección, sino más bien en la división que puede provocar la selección de candidatos.

Claudia Sheinbaum dijo hace unos días que se va a demostrar que con Morena se acabaron los fraudes electorales. No queda exactamente claro a qué se refiere. En comunidades en que pueden presentarse tendencias desfavorables ya se viene dando un apoyo que no habían tenido durante varios años, pero que ahora ante el proceso electoral por venir todo indica que ya se les está otorgando.

En este sentido no hay otra forma de ver el actual presupuesto que no sea bajo esta óptica. Se quita dinero en algunos renglones para otorgárselo a lo que tiene que ver con programas sociales y con las multicitadas obras emblemáticas del sexenio, las cuales son la manifestación más acabada de lo que el Presidente quiere mostrar respecto a lo que ha hecho estos años.

Si realmente la candidata del oficialismo y el gobierno quieren demostrar que se acabaron los fraudes y las irregularidades electorales, están obligados a transparentar todo lo que hacen, lo cual por ahora no ha sucedido. La transparencia de las obras del Tren Maya es un enigma, porque no queda claro en qué se está gastando y para qué se está gastando y, sobre todo, de dónde viene buena parte del dinero. Bajo esta  dinámica ya está visto para que quieren los fideicomisos del Poder Judicial Federal.

Junto con la posibilidad de que sea refrendado el proyecto de la llamada 4T, seis años más veremos si son o no democráticos, plurales y transparentes.

RESQUICIOS.

La Corte ha tomado una buena decisión. No se puede meter en el tema de los fideicomisos, porque al final va seguramente a decidir sobre ellos. Sin embargo, ha dejado en libertad a sus trabajadores de asistir a las manifestaciones sin consecuencia alguna.