Quebradero

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Migración. Lo que se puede venir

 

Por Javier Solórzano Zinser

A diferencia de lo que ha venido pasando a lo largo de mucho tiempo, la composición de la migración es totalmente inédita. Se ha vuelto como nunca antes multinacional y además ahora son familias enteras las que buscan al menos entrar a México y si es posible cruzar la frontera.

Ya no hay necesidad de que veamos lo que está pasando en el mundo como referente. Vamos por caminos similares de lo que está sucediendo en Europa y que tanto llama la atención en el mundo.

Lo que está pasando en nuestras fronteras, y en algún sentido en buena parte del país, es una crisis de graves consecuencias que en la medida en que pasa el tiempo se convierte en un fenómeno definitivamente incontrolable.

Cada vez intervienen más variables en la migración. La gran cantidad de migrantes ha llevado a que aparezca gente que sin escrúpulos los engañe, al tiempo que los deja a la intemperie quitándoles su dinero de manera abusiva y sin escrúpulos. Lo sucedido en la frontera norte la semana pasada es muestra de ello. Los polleros le pedían a los migrantes entre 2 y 3 mil dólares para llevarlos a cruzar vendiéndoles la idea de que conocían zonas por donde se podía hacerlo. El engaño era total, porque bajo la idea de que estaban reconstruyendo algunas zonas del muro hacían ver que no los veían y que podían cruzar, cuestión que era totalmente falsa; se vivieron horas de esperanza que al final terminaron en frustración, engaño y en algunos casos en hechos de violencia en medio de estampidas.

Las autoridades ya están rebasadas. La visión del fenómeno migratorio tiene que ser multilateral. Es un hecho importante que López Obrador por fin proponga una reunión en el sureste de México con los presidentes de los países que están directamente involucrados; están convocados 11 presidentes y cancilleres.

El Presidente bien pudo haber hecho esto hace tiempo. Sin embargo, la política de mantenerse únicamente en el país y tener un singular trato con el mundo llevó a una pérdida de tiempo en fenómenos como el migratorio. Su negativa a asistir a la reunión de San Francisco de la APEC por fortuna fue reconsiderada.

Su argumento de que no iba porque Perú encabezaría el encuentro fue un despropósito. La APEC es la oportunidad de reunirse con las naciones del Pacífico con quien mucho tenemos que ver. La belicosidad del Presidente con el Gobierno peruano dista mucho de asumir la diplomacia, por más empatía que tenga con el expresidente de aquella nación, hoy encarcelado, entre otras cosas, por hechos de corrupción, las naciones están por encima de lances como en el cual se ha metido López Obrador.

El reconocimiento del tamaño del problema que tenemos con la migración debe buscar influir en los actores participantes. En la próxima reunión bilateral entre Joe Biden y López Obrador es fundamental este tema buscando al menos atemperarlo el próximo año en que se llevarán elecciones en los dos países.

Un eventual triunfo de Trump podría colocar bajo una crisis incontrolable la migración. Lo que tenemos podría ser un asunto menor con lo que se puede venir en función de las decisiones que ha anunciado el empresario, las cuales serían apoyadas por los gobiernos de Texas y Florida.

No se puede seguir viendo a los migrantes como delincuentes. Hacerlo pierde de vista el derecho y las condiciones bajo las cuales viven en sus países de origen. En EU van a tratar a como dé lugar de meter el tema en las campañas políticas y lo harán en términos discriminatorios, agresivos y racistas.

Hay que adelantarse a lo que se podría venir, Trump está vivito y coleando.

RESQUICIOS.

Las imágenes de la guerra son brutales, pero son la realidad. Las redes están siendo otro de los escenarios de la confrontación. La historia es la que explica este terrible presente. Lo que hay que hacer es tener claridad respecto a lo que pasa en las redes, estamos en el terreno de lo que es, de lo falso y de lo que nos quieren hacer ver.