Quebradero

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Conversatorios

 

Por Javier Solórzano Zinser

 

En pocos temas existe un consenso en el país como en la necesidad de reformar y depurar el sistema de justicia. Todas y todos de alguna manera lo hemos padecido y quizá también nos hemos aprovechado de él.

El Presidente tiene razón en algunas críticas que ha hecho en esta materia. Podemos estar en favor o en contra en el fondo de ellas, lo que genera la controversia es la forma en la que lo propone, pero de que ha puesto en la mesa un tema fundamental no

existe duda.

La corrupción y el desorden permean en una gran cantidad de juzgados. Las y los jueces colocan los expedientes a su antojo y todos sabemos que las cosas se pueden en muchos casos resolver con dinero o las influencias.

Se quiere apurar la transformación de los aparatos de justicia, porque es uno de los grandes problemas del país que nos afecta en todos los sentidos. La clave es el cómo, porque para ello se requiere de un debate serio e incluyente.

De ahí la importancia de los Conversatorios en el Congreso. Se trata de escuchar a todas y todos los especialistas que conocen los alcances que puede tener cualquier cambio en el marco constitucional.

Es claro que para llevar a cabo una completa transformación se tiene que cambiar la Constitución en muchos de sus artículos, pero también es claro que para hacerlo se requiere un consenso entre las fuerzas políticas para alcanzar una mayoría calificada que lo apruebe.

Esto es lo que quiere hacer el Presidente y por eso su campaña adelantada para el 2024. Parte de que ganando la mayoría en el Congreso los cambios se pueden hacer a partir de septiembre del año que entra. Su estrategia no considera acuerdos con la oposición, quiere las cosas a su manera esperando que la elección le sea favorable a su partido y aliados.

El problema está en que si nos atenemos a los antecedentes electorales inmediatos no pareciera que les alcance para esa mayoría calificada. No quiere acuerdos con nadie y muy probablemente ello lo lleve a que no puedan darse los cambios que quiere, pero en el camino quizá los conversatorios puedan dar un rumbo y nos puedan dar claridad de lo que se pudiera hacer en consenso sin necesidad de la maquinaria para alcanzar la mayoría calificada.

La primera sesión de los conversatorios fue interesante y productiva. Se delineó lo que puede hacerse con la Corte llevando a cabo transformaciones que la coloquen en un terreno de modernidad, pero, sobre todo, que pueda responder a las demandas ciudadanas y también a la gran cantidad de trabajo que cargan.

La Corte igual que los juzgados no tiene manera de darse abasto, porque la gran cantidad de asuntos que revisa y que tiene que resolver los apabulla muchas veces. El martes este tema se puso en la mesa: cómo depurar la gran cantidad de casos que van como en cámara lenta en el aparato de justicia, es un hecho que hay soluciones que pueden trascender con debates y, sobre todo, con voluntad política.

Otro de los grandes asuntos es cómo elegir a las y los ministros. En ningún país se les elige de manera directa, incluso Bolivia del que tanto se ha hablado tiene un proceso de selección directo-indirecto.

En medio de la controversia que vivió el INE, el desenlace fue positivo. Se hizo una selección de las y los mejor preparados y quienes llegaron al final, recordemos las cuatro quintetas, eran una muy buena opción para ser consejeros del Instituto.

El gran reto es si Morena va a atender e instrumentar las sugerencias y propuestas de los conversatorios. La experiencia del Parlamento Abierto sobre la Reforma Electoral y Energética resultó al final decepcionante.

Está a la mano una alternativa colectiva.

RESQUICIOS.

Son ciertos los recovecos en las federaciones deportivas. En muchos casos los atletas no dan cuenta del dinero que reciben, pero no porque no quieran, sino por las complejidades que existen de las cuales si alguien sabe es Ana Gabriela Guevara. Los juegos pirotécnicos verbales están siendo ofensivos, innecesarios y lamentables.