Quebradero

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El plan C y el cómo

 

Por Javier Solórzano Zinser

El Presidente está llevando a sus terrenos las elecciones del año que entra.

López Obrador se va a meter a las elecciones del 2024 y vamos a enfrentar seguramente una gran cantidad de conflictos electorales. Habrá que  ver a los nuevos integrantes del INE que en algunos casos se presupone tienen algún tipo de empatía con el Presidente. La nueva presidenta estará a prueba, está de por medio la elección y porque hasta ahora ha dado ciertos indicios de cercanía hacia el Presidente. El tema es delicado, porque lo que va a estar de por medio es la legalidad del proceso y también el respeto a las leyes vigentes.

Si nos atenemos a las decisiones de la Corte, el Plan B podría estar siendo invalidado en su totalidad lo que llevaría a mantener las actuales reglas de cara a un año profundamente complejo que estará cargado de mutuas acusaciones de los actores políticos.

Uno de los retos va a ser que se logre limitar la participación presidencial, porque hay elementos para pensar que el mandatario eventualmente podría hacer caso omiso a la legalidad que en el papel le estaría impidiendo una participación directa.

Sin embargo, pareciera que López Obrador hasta ahora va por la legalidad. Lanzar el Plan C es moverse en los terrenos electorales invitando a sus furibundos seguidores para que voten por los candidatos de Morena y así ganar el Congreso de amplia para tener una mayoría calificada y con ella hacer los cambios constitucionales que quiere.

Está optando por la legalidad vía las elecciones para alcanzar los objetivos que tiene. Dicho de otra manera, si hoy no se aprueba el Plan B, busca aprobarlo en la siguiente Legislatura llevando las cosas al límite: las elecciones son en junio, el Congreso se instala en septiembre, y recordemos que el Presidente terminará su mandato el 1 de octubre.

Si nos atenemos a esta estrategia vamos a tener un septiembre de locura en términos legislativos, siempre y cuando Morena consiga las tres cuartas partes en diputados y senadores. Lo cual como arenga política suena muy atractivo, pero en el terreno de los hechos va a ser muy difícil si nos atenemos a lo sucedido en recientes procesos electorales y, sobre todo, porque numéricamente es probable que no le alcance para tener la mayoría calificada.

a pregunta es hasta dónde llegará el Presidente desde ahora hasta las elecciones. López Obrador podría hacer lo que tanto criticó de lo que se hizo en pasadas administraciones, hechos que llevaron al cambio en las leyes, en lo cual él y los partidos políticos en que militaba jugaron un papel de primera importancia.

La cuestión no está en la legalidad a la cual el Presidente está invitando a sus millones de seguidores para que voten por Morena. Todo se remite a si el Presidente está dispuesto a apegarse a la ley y mantener una distancia, como está establecido en la ley, en el desarrollo del proceso.

Las limitantes que se han establecido de participación de los presidentes a lo largo de los años recientes tienen su razón de ser. Somos de la idea de que no deberíamos de poner limitaciones a su participación, pero las leyes lo establecen y no son un asunto de contentillo. Se hicieron así por todos los elementos que intervenían desde los gobiernos y los presidentes en turno, lo cual le daban un giro y definición a la elección.

Vendrá el tiempo en que tendremos que cambiar las leyes, pero por ahora hay que cumplirlas. Está bien que el Presidente quiera ganar las elecciones del 24, el gran asunto que nos va a obligar a tener focos rojos es cómo lo quiere hacer.

RESQUICIOS.

Carmen Sánchez fue agredida por su pareja en 2014 con ácido. Tuvo que pasar un largo proceso legal para que le hicieran justicia. Su expareja tendrá que pasar más de 46 años en la cárcel. Carmen nos cuenta que seguirá peleando. La sentencia es un antecedente para toda América latina. Ha creado una fundació