La UNAM en riesgo
Por Javier Solórzano Zinser
Si bien la UNAM es reconocida, respetada, admirada por su trabajo y sus innumerables virtudes, también es una institución que resulta incómoda por su espíritu, sus libertades y su autonomía.
Ésta es una de las razones por las cuales en diferentes momentos ha sido atacada y señalada desde el poder político. En el 68 se presentó una de las confrontaciones más graves, serias y profundas en la historia en que la UNAM cuando fue atacada de manera brutal por su sentido crítico y contestatario.
Este doloroso pasaje refleja la compleja relación que guarda la Universidad con todos los espacios de poder.
Al poder político no le gusta la crítica y tiende a tomarle distancia a la UNAM, porque es desde esta institución donde se construye el pensamiento y se analizan e investigan todos los asuntos que componen la vida del país.
Sus estudiantes se desarrollan en medio de la libertad y pluralidad, las cuales son principios y esencia de la UNAM. La Universidad no se puede entender sin la autocrítica y la crítica. Es un pilar de pensamiento, la reflexión, el análisis y es sobre todo un referente en momentos difíciles de la sociedad, es también uno de los ejes de los procesos de transformación.
Los gobernantes saben todo ello y saben también la importancia de mantener relaciones estables y de mutuo respeto con la Universidad.
En diferentes momentos diversos gobernantes en lugar de construir este tipo de relaciones y convivencias la señalan porque no les gusta la crítica y la quieren hacer a imagen y semejanza de sus proyectos.
La UNAM evidentemente tiene muchos problemas. Algunos derivados de su dinámica interna y otros producto de la mirada que se tiene de ella por su espíritu crítico. No se trata de ver a la UNAM como si estuviera en un caja de cristal, más bien de lo que se trata es de reconocer que una de sus grandes virtudes es la relación que guarda con la sociedad, con la cual interactúa a través de sus estudiantes, en algún sentido también con sus familias, y de sus procesos de investigación a través de sus proyectos académicos formativos y de investigación.
A la par de un confuso proyecto de transformación del quehacer científico, vía los cambios que se proponen para el Conacyt encabezados por su furibunda directora, se han lanzado una serie de críticas a la UNAM, en muchos casos sin considerar la vida interna de la institución, desde el gobierno y en particular del Presidente.
Por ahora no queda claro si la crítica es genuina y tiene que ver con un proyecto de transformación de la UNAM en el cual evidentemente tendría que participar como actor central la comunidad universitaria.
La otra vertiente tiene que ver con que las críticas busquen el control de la institución aprovechando que este año hay cambio de rector. Podrían buscar colocar a alguien que establezca en la UNAM el proyecto presidencial de la 4T.
Esta hipótesis parece ser la más acabada teniendo como referencia la forma que se ha desarrollado en diferentes ámbitos el proyecto de López Obrador.
La Universidad va a ser el centro de muchos asuntos del país, porque lo que suceda con ella va a trascender a otras instituciones públicas de educación superior y al país mismo. El asunto es profundamente delicado y está en manos de los universitarios, no solamente quienes hoy forman parte de la comunidad, sino también de sus egresados.
La UNAM ha sido, es y será una institución plural, autónoma, formadora de estudiantes y del conocimiento, seguirá siendo un referente crítico de la vida del país; no se puede soslayar que puede estar en riesgo.
RESQUICIOS
Por fin se restableció el tramo subterráneo de la L12 del Metro, es una buena noticia, todavía queda pendiente la delimitación de responsabilidades por el colapso. En tanto tendrán que explicar de otra manera por qué mandaron 6 mil 60 integrantes de la Guardia Nacional para vigilar, porque si el problema es el sabotaje, como han insinuado, hubiera sido mejor hacer un trabajo de inteligencia.