Quebradero

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En plena cumbre

 

Por Javier Solórzano Zinser

La Cumbre de Alto Nivel de América del Norte encuentra a México con particulares dificultades internas. Va a ser inevitable para el Presidente referirse a ellas, presumimos que sus opiniones serán en tono de defensa de su gobierno y no bajo una mirada autocrítica que permitiera una visión integral, tanto en el caso de la redetención de Ovidio como en el lamentable alcance de trenes del Metro el sábado pasado.

En ambos casos hay que atender aspectos colaterales que no se pueden pasar por alto. En el caso de Ovidio Guzmán habrá que explicar qué tanto el desenlace es diferente al que se pudo vivir cuando originalmente lo detuvieron.

Pero también conocer qué se va a hacer en relación a los autos secuestrados, y una explicación sobre el contundente ataque aéreo a la zona donde se encontraba Ovidio, lo cual afecta en serio a los ciudadanos.

No ha dejado de ponerse por delante el tema militar, lo cual tiene lógica en función del trabajo que desempeñan los soldados. Sin embargo, no solamente ellos están expuestos, muchos de los testimonios que se han dado a conocer confirman una afectación real que igual pasa por aspectos materiales que psicológicos, particularmente entre los infantes.

Es una interrogante saber si las cosas hubieran sido diferentes cuando se detuvo y liberó a Ovidio. Por lo que se vio y se va conociendo no hay elementos para saberlo, pero sí queda claro que estamos ante escenarios que seguramente hubieran sido parecidos; no se han disipado las dudas del porqué se actuó hace tres años de la manera en que se hizo.

Lo que algunos llaman “regalo” a Joe Biden no deja de ser un terreno especulativo. Lo que es un hecho es que en EU el principal problema en el consumo de drogas pasa por el fentanilo, el cual tiene en Ovidio Guzmán a uno de los principales productores y distribuidores.

El otro asunto es conocer si participó la DEA en el operativo. Es difícil que no haya una comunicación directa en una acción de esta naturaleza, es así como funciona la cooperación. Tendremos que esperar a que desde la DEA se dé a conocer alguna información al respecto como ha sucedido en otras ocasiones.

Lo que es definitivo es que es un tema de la mayor importancia para EU y que la detención no pudo darse en un mejor momento. Será tema en la Cumbre, esperamos que se diga algo más que aquello de los elogios mutuos.

El otro asunto con que se va a encontrar la reunión es el terrible accidente en el Metro. La información inicial es confusa porque por más que se quiera atacar al gobierno de la ciudad en función de los problemas manifiestos del Metro, y que, por otro lado, se trate de defender a toda costa a la “corcholata” mayor; lo cierto es que hay testimonios de que hubo una tardanza en la atención de las víctimas, a las que por alguna razón se les pidió que no grabaran y que no dieran a conocer sus testimonios a lo que se suman opiniones de los trabajadores del Metro quienes de alguna manera preveían lo sucedido.

Es evidente que el Metro acumula problemas desde hace tiempo. No hay manera de responsabilizar al pasado porque el pasado lo construyó la izquierda en la capital desde 1997, las responsabilidades son compartidas.

El caso de la Línea 12 es ejemplo de ello, todos reparten culpas, será cuestión de que venga el destape presidencial formal para que no quede de otra que saber en quiénes recaen las responsabilidades o a quién se la echan.

La reacción de Morena y sus gobernadores nos hizo recordar al PRI bajo circunstancias como éstas. Da la impresión de que están cuidando a una candidata más que a una Jefa de Gobierno, porque poco o nada se andan preguntando por las víctimas, pareciera que la víctima es la “corcholata” mayor.

RESQUICIOS

Por muchos motivos la Cumbre es relevante. Estemos atentos al tema migratorio —sobre todo por el envío de migrantes diarios a México—, al narcotráfico y a las negociaciones del T-MEC en materia de energía en las que el gobierno tendrá que explicar muchas cosas inexplicables.