Supuestos y presupuestos

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Por Rafael Arias Hernández

Control y evaluación de todo presupuesto gubernamental. Tiempos de considerar lo que se presenta, como piñata o regalo navideño. Esto incluye la forma, superficial e incompleta, como se consideran por costumbre los presupuestos oficiales en nuestra Cultura. Obligado participar para mejorar.

Para muchos en el poder o en el servicio público, se trata simplemente de saber de qué tamaño es el pastel para, de inmediato, iniciar el conocido proceso de concentración y distribución, caracterizado por el simple hecho, de que “el que parte y recomprarte se queda con la mayor parte”.

Dígase lo que se diga, hay mucho que cuestionar y más que hacer en cuanto los objetivos y alcances de este importante instrumento institucional, tanto en mejoras y evolución en su integración y aplicación, como en su seguimiento, control y fiscalización públicas; tanto en reconocimiento y fortalecimiento de lo bueno que se haga, como en señalamiento y denuncia de los errores y horrores que ocasionen los encargados. Nunca olvidar que el pueblo acaba pagando.

Desde siempre, en una Democracia que se jacte de serlo, es vital poner toda la atención a este tipo de temas, en los cuales se deben considerar normas y disposiciones vigentes, instrumentos y mecanismos institucionales disponibles, y la difusión pública y estímulo a la participación social. Vital informar e informarse, sobre tamaño, integración, aplicación, resultados y previsión del puntual uso y buen manejo de los presupuestos oficiales.

Todo es importante y merece la debida atención, seguimiento y control, en cada ámbito y presentación. Desde lo federal, hasta lo estatal, municipal y de organismos descentralizados, la importancia es evidente y notoria.  Saber y evaluar lo que se hace o no, si sobra o falta, así como los resultados y las tendencias. ¿Se debe presupuestar para sobre endeudar?

Imposible ignorar o minimizar que persiste el centralismo heredado y vigente respecto al ámbito federal; se sabe que poco se ha avanzado en la descentralización y fortalecimiento del presupuesto propio, que es sin duda determinante instrumento y tema prioritario para cualquier gobierno.

Oportuno señalar que, en esta larga tradición centralista, se ha comprobado que, hay algunos aspectos positivos que deben reconocerse y que merecen ser consolidados y mejorados, en el importantísimo aspecto de coordinación y esfuerzo común, de los ámbitos de gobierno (federal, estatal, municipal). Pues todos sin excepción, deben estar al servicio y atención de la población.

Para empezar, hay que atender y ajustar la temporalidad de los procesos, así como su efectividad. Debe mencionarse que en general se discute su elaboración y preparación; aunque no lo suficientemente en participación, actualización y previsión, para lograr una mayor y mejor efectividad; y mucho menos, se ha dado la importancia a la evaluación, esto es el conocimiento y aprovechamiento de resultados y consecuencias de lo realizado. ¿Qué hay de la vigencia y efectividad del presupuesto por período y resultados? ¿Qué hay de la permanente participación y fiscalización indispensables? ¿Y en qué ha quedado la urgente e imprescindible Contraloría social?

Bien se sabe, que con frecuencia, en muchos casos hay y no hay presupuesto, pues la aplicación se ha relajado, de acuerdo con el poder y decisión de quienes dicen gobernar. Nada raro que, con temas pendientes o en proceso, se logre una aprobación previa y ya en ejercicio, sobre todo ante crisis financieras o económicas, se hagan ajustes. ¿Hay transparencia y acceso a esta información? ¿Qué hacen las autoridades encargadas de vigilar y fiscalizar?

Así que no es raro, que, durante el año, se realicen ajustes en los ingresos y egresos aprobados. Y también se compruebe que algunos aspectos siguen en discusión y revisión. Lo más interesante es que ante esa realidad cambiante, con frecuencia y por costumbre, se sostienen los mismos objetivos y metas, los mismos medios e instrumentos. Habrá que comprobar en cada caso, ver su efectividad dijo un ciego. Obligatorio informarse al respecto.

A estas alturas debe señalarse que, en todo caso, se trata de hacer que se atiendan bien y a tiempo, las múltiples y diversas actividades gubernamentales, empezando por el diseño, construcción, aplicación y evolución del presupuesto, así como su seguimiento, control, evaluación y supervisión social.

Y desde luego, tomar en cuenta un contexto internacional difícil y complejo, a veces inestable y adverso, que en muchas formas influye y afecta. Tanto en lo económico-financiero, como en el bienestar social.

Bajo esta perspectiva, es necesario poner la debida atención a las políticas económicas y financieras gubernamentales. Fortalecer y armonizar lo que apuntale los objetivos y propósitos del Desarrollo y Bienestar. Esto es, persistir en los objetivos, exigir que se cumpla con la ley y con los compromisos adquiridos.

Presupuestar bien y mejor

No es conveniente, ni recomendable, desatender o no entender lo que se hace y dispone en cuestión de patrimonio y finanzas públicas.

Determinante revisar, actualizar y apuntalar lo que funciona, tanto lo administrativo como lo fiscal; para poder persistir en combatir pobreza, hambre e inseguridad; al mismo tiempo que se rescata y fortalece la actividad económica.

Exigir y asegurar responsabilidad y manejo eficiente y equilibrado del presupuesto, e insistir que, en general, no se debe gastar más de lo que ingresa; no más endeudamiento sin control, ni aumento injustificado de impuestos y, en principio, persistir en erradicar ineficiencia ya corrupción, para asegurar, incrementar y aprovechar recursos públicos y atribuciones institucionales.

En este contexto, sobresalen cuestiones centrales, como asegurar y controlar el gasto público, incrementar la inversión en infraestructura física, y mejorar desarrollo y bienestar. Esto implica recortar, reasignar y disciplinar monto y uso del presupuesto oficial.

Rediseñar, ajustar y atender, tanto monto y cobertura, como impactos y efectos del gasto corriente, para lograr en la austeridad y eficiencia gubernamental, una transformación que incluya, en verdad, a las mayorías.

Academico.IIESESUV

@RafaelAriasH

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