Quebradero

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La Estafa Maestra

Por Javier Solórzano Zinser

¿Qué sería de Rosario Robles si no se hubiera descubierto la Estafa Maestra? ¿Qué sería de Emilio Zebadúa si le fincaran sus presuntas responsabilidades? ¿Qué sería del expresidente afincado en Madrid si se fuera hasta las últimas consecuencias por su presunta participación en la Estafa Maestra, independientemente de lo que hoy se le señala en algo que puede ser una investigación o una absurda bola de humo?

¿Qué sería del actual gobierno si hubiera tomado como punto de partida para una investigación seria y contra la corrupción, que tanto pregona, el extraordinario trabajo de Nayeli Roldán y Manuel Ureste?

Estas preguntas y otras nos llevan a cuestionarnos qué sería de nuestro país si con los elementos que se ofrecieron en el trabajo de la Estafa Maestra, ahora con la historia del desfalco, se hubiera ido hasta las últimas consecuencias y no terminaran sólo metiendo a la cárcel a una mujer sin que por ello se eximan sus responsabilidades.

La historia reciente del país tiene en las y los periodistas el testimonio y el entendimiento. La democratización también pasa por el trabajo, el compromiso y la convicción de diferentes generaciones de periodistas, las cuales, cada una a su manera, han ensanchado los terrenos de las libertades y los derechos.

Muchos asuntos de primera importancia se han podido conocer y se han podido llevar a las últimas instancias, debido a investigaciones periodísticas que han terminado por mostrarle a la sociedad cómo es el poder, cómo se usa y cómo pasan a segundo plano los intereses de los ciudadanos.

Informar de manera plural, comunicar, investigar, escuchar y difundir es el compromiso del trabajo periodístico. La libertad de expresión es un derecho relativo, no absoluto, que obliga a que el periodismo tenga principios, ética, pluralidad y credibilidad.

El trabajo de Nayeli Roldán y Manuel Ureste es la suma de una colectividad que tuvo en Animal Político su centro de operaciones estratégico y fundamental y, sobre todo, tuvo una retroalimentación interna que fortaleció el trabajo. Nayeli y Manuel asumieron la investigación de la Estafa Maestra como una causa de su profesión y su vida. Entendieron que lo que estaba en juego era y sigue siendo un momento fundamental para la vida del país. Estamos ante la utilización de los aparatos del Estado y del gobierno para torcerlos y para utilizarlos de manera abyecta.

La Estafa Maestra es producto de la convicción de investigación periodística. No dejan ningún cabo suelto, porque, más allá de las cuestiones legales que podría provocar, de lo que se trataba era de informar a la sociedad.

En la medida en que avanzaban Nayeli y Manuel, aparecía el descaro, la corrupción y de nuevo la corrupción, para terminar en la impunidad ejercida al amparo del poder.

La historia de la Estafa Maestra pasa lamentablemente también por las universidades públicas. Como apuntan Nayeli y Manuel son las instituciones las que ofrecen oportunidades a los jóvenes y que además son la parte constructiva de la sociedad. Las universidades fueron usadas y lo más grave es que las irregularidades fueron permitidas, pervertidas y avaladas.

La Estafa Maestra es el trabajo en medio de la montaña rusa. Nayeli Roldán, a pesar de que fue asaltada y a veces regañada, y Manuel Ureste, quien estaba en medio de difíciles situaciones personales y a quien le costaba trabajo dejar la poesía, a decir de Daniel Moreno, nunca se vencieron.

RESQUICIOS

Echeverría entró atado a la Presidencia por él mismo. A lo largo de seis años imperó la concentración del poder, las decisiones en materia económica que siguen teniendo secuelas, las ocurrencias, las críticas a los jóvenes que traían en el 68 el dolor, el rencor y la memoria, y los intentos democráticos más por una sociedad agraviada y movilizada que por las decisiones del hombre que falleció el sábado.

*Extractos del texto leído en la presentación del libro La Estafa Maestra. La Historia del Desfalco, de Nayeli Roldán y Manuel Ureste.