Parque Juárez

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Premios y castigos a gobernadores                      

Por Mónica Camarena Crespo

La similitud entre los amagos de antes con los ahora son de una exactitud ofensiva, solo falta que retomen aquella frase lanzada a Zhenli Ye Gon de “Coopelas o cuello”.

Y es que el pasado domingo, día de la elección de seis gobiernos estatales, se confirmó la maquinaria de Morena y su brazo operador, el narco. Muy especialmente en Tamaulipas, en donde fue documentada la intromisión violenta en varias zonas y hasta el secuestro de casillas.

LOS TRAIDORES

La diferencia fue en Hidalgo, Oaxaca y Quintana Roo, en donde, salvo algunos incidentes producto de los usos y costumbres de dichas entidades, la operación de grupos delincuenciales fue baja o demasiado discreta.

En esos tres estados con gobernadores priistas, Omar Fayad y Alejandro Murat y el panista, Carlos Joáquin González, pareciera que la cuerda se soltó desde mucho antes; hicieron como que seguían leales a sus partidos, pero en realidad, la palabra miedo se apoderó de estos tres personajes y cedieron a los encantos “presidenciales” para que Morena y sus abanderados lograran sendos resultados.

Pero el gobernador panista de Quintana Roo, Carlos Joaquín González ni la disimuló, la entrega de la gubernatura a Morena fue muy obvia y fácil, es más dejó que cualquiera fuera a operar con tal de no hacer enojar al presidente.

EL REBELDE

En el caso de Tamaulipas con el gobernador panista, Francisco García Cabeza de Vaca, la historia es otra. El mandatario que ha sido públicamente perseguido por el gobierno de López Obrador, jugó con todo para que su partido, el PAN, se mantuviera en el poder.

Algunos aseguran que la elección se va a judicializar tomando en cuenta la diferencia apretada, pero hay que esperar. A Cabeza de Vaca le espera todavía la resolución del Tribunal Superior de Justicia para saber si es desaforado y con ello, quedar sin protección constitucional; también hay órdenes de aprehensión de la Fiscalía General de la República contra el tamaulipeco.

Todo lo anterior se antoja difícil para el gobernador de Tamaulipas que todo parece indicar se la jugó completa para combatir a Morena.

De esta manera, para Fayad, Murat y Carlos Joaquín, pudiera haber embajadas o consulados de premio a la traición a sus partidos y para Cabeza de Vaca, justicia a secas.

Ágora

El que cobra como gobernador de Veracruz aún no se entera que Marlon “N” presunto feminicida de Montserrat Bendimes se entregó cuando quiso. Nada tuvo que ver la fiscalía, esa que no atina a nada y que solo fabrica delitos a modo.