En un viaje exitoso de la misión NS-21, de la compañía aeroespacial Blue Origin, la ingeniera Katya Echazarreta se convirtió en la primera mexicana en viajar al espacio.
Desde su sitio de lanzamiento en Texas, la nave que llevó a Echazarreta y a cinco tripulantes más tuvo un recorrido fuera de órbita de 10:10 minutos este 4 de junio, que inició a las 08:26 horas de México, en el quinto vuelo tripulado de la firma que promueve el turismo espacial, fundada por el multimillonario Jeff Bezos.
La mexicana llevó consigo una bandera nacional, fotografías de su familia y un peluche de la NASA, agencia para la que trabajó durante 4 años, y que atesora desde que tenía 16.
Como misión personal, Echazarreta ha dicho que quiere expandir la representación para las mujeres y minorías interesadas en los campos STEM (Ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés).
En el tiempo que estuvo en órbita, se dedicó a estudiar el llamado «Efecto Perspectiva», que se refiere al cambio cognitivo que experimentan los astronautas en órbita.
En mensajes grabados antes del vuelo, la nacida en Guadalajara dedicó su vuelo a México y declaró que la demografía de quienes viajan al espacio debe parecerse a la demografía de los habitantes de la Tierra.
Echazarreta, quien estudia la maestría en Ingeniería Eléctrica y Computacional en la Universidad Johns Hopkins, fue elegida entre 7 mil solicitantes de más de 100 países para formar parte de la tripulación.
Además de ser la primera mexicana en el espacio, la tapatía, de 26 años, se convirtió también en la estadounidense más joven en órbita, puesto que cuenta con la nacionalidad de ese país, al haber emigrado con su familia a los 7 años.
El boleto de la astronauta fue financiado por Space for Humanity, una iniciativa que busca llevar a líderes ciudadanos al espacio.
En una entrevista previa al lanzamiento para la empresa que pagó su viaje, Echazarreta declaró su fascinación de toda la vida por la exploración espacial.
«Soy una Ingeniera Eléctrica que ha estado fascinada con el espacio por toda su vida. El espacio siempre ha sido parte de quien soy, quien siempre he sido, entonces esta experiencia es realmente, una que cambia mi vida, y creo que todavía no me la creo», dijo.
La ocupante del asiento 5 de la nave, además, dedicó un mensaje a la mujeres de una región del mundo que todavía no tiene la representación que debería en el mundo de la ciencia.