Quebradero

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Covid. Empezar a evaluar

Por Javier Solórzano Zinser

Sin pasar por alto que seguimos en pandemia aunque bajo otras condiciones, empiezan a hacerse balances y análisis de lo que han sido estos tiempos dolorosos, difíciles y rudos.

El mundo vivió bajo una parálisis. Lo más grave fue la muerte de millones de personas. Los gobiernos hicieron lo que pudieron, los hubo quienes actuaron con sensatez con base en las voces de sus especialistas y quienes reaccionaron con lentitud bajo el supuesto de que la pandemia pasaría rápido.

En medio de lo inédito no fue nada sencillo diseñar mecanismos para enfrentar los contagios y la muerte. Quienes salieron mejor liberados fueron aquellos que tenían sistemas de salud organizados y en orden y quienes escucharon las voces de los especialistas, más allá de lo que se decidía al interior de los gobiernos.

Lo inédito y el dolor atraparon al mundo. Quienes lograron paliar la situación fueron los que aprendieron rápido y tuvieron el menor número de contradicciones. No era fácil actuar, pero aquellos que tuvieron apertura para escuchar fueron y son los que al final en medio del dolor enfrentaron con más elementos lo brutal.

La estrategia del Gobierno mexicano ha sido de luces y sombras. Algunas cosas se resolvieron, pero otras provocaron contradicciones tales que mucha gente al inicio de la pandemia no sabía auténticamente qué hacer.

El “quédate en casa” era confuso. Muchas personas muriendo en sus viviendas, porque el mensaje no era del todo claro, ya que no sabíamos si ir a los hospitales o quedarnos en casa. Todo se agravó aún más porque por alguna razón que sigue sin entenderse les dio por no hacer pruebas.

Esta decisión fue determinante. Buena parte de la población nunca supo si tenía o no Covid lo que pudo haber provocado el contagio y fallecimiento de muchas personas. No había pruebas por lo que la única manera que se pudiera tener sobre el estado de salud era a través de suposiciones o de las experiencias de familiares, amigos o vecinos.

En medio de estas contradicciones surgió otro problema brutal. No se vacunó a un buen número de enfermeros, camilleros, pasantes, doctores y doctoras. Somos el país con más fallecimientos de quienes estaban en la primera línea de atención a las personas contagiadas.

Diferentes especialistas ajenos a las filias y fobias nos aseguran que este dolor se pudo haber evitado con una estrategia diferente, la cual hizo a un lado al personal de salud del sector privado bajo criterios que parecían más ideológico-políticos que de otra naturaleza.

La vocación de servicio del sector salud de todo el país es uno de los grandes hallazgos en medio del dolor, la muerte y la profunda tristeza bajo la cual hemos vivido este tiempo.

Un hecho cuestionable fue colocar al vocero como una especie de tótem que todo lo sabía. De ser un científico reconocido terminó por ser un político que actuó a imagen y semejanza del Presidente, como si fuera más importante quedar bien con su jefe que plantear estrategias que podrían ir en contra de lo que se decía y querían en Palacio Nacional.

El reporte de ayer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la pandemia provocó de manera directa e indirecta 626 mil personas muertas en México, lo cual viene siendo poco más del doble de las 324 mil contabilizadas oficialmente. Los fallecimientos indirectos se deben a problemas médicos e interrupciones de atención médica debido a la emergencia. La OMS reporta que más de 15 millones de personas en el mundo fallecieron por Covid.

Está llegando el tiempo para recapitular, evaluar y analizar lo que se ha hecho. No es que se haya ido del todo la pandemia, lo que pasa es que al atemperarse se abre un buen tiempo para que la sociedad evalúe a su gobierno.

RESQUICIOS

La perfilada lanzó la caballería contra la empresa noruega a la que se le pidió uno de los peritajes sobre el colapso del Metro. De ser la mera mera hoy está demandada por el gobierno de la capital; ¿el dictamen es impreciso y mal hecho o les pisa sus talones?