Secuelas dominicales
Por Javier Solórzano Zinser
El verdadero debate sobre la Reforma Eléctrica se dio en el Parlamento Abierto. A lo largo de más de un mes especialistas, técnicos, académicos, funcionarios, exfuncionarios, empresarios y legisladores presentaron sus puntos de vista, los cuales debieron ser contemplados en el proyecto original de la reforma presidencial.
No fue considerada ni mínimamente la posibilidad de llevar a cabo cambios que pudieran fortalecer el proyecto, pero, sobre todo, que permitieran una negociación político-técnica que tendría hoy a la reforma bajo otra perspectiva.
Si algo permitió el Parlamento Abierto fue entender que el maniqueísmo era uno de los principales problemas. Colocar términos de toda índole sólo porque se piensa diferente y porque se proponen otras estrategias sobre la reforma anuló el debate. Fue paradójico ver como las y los legisladores de todos los partidos asumían ser la encarnación de la patria, asumían que hablaban en nombre de la nación, en donde Morena iba mano.
Si se quiere remitir lo que pasó en el Congreso a los términos de ganadores y perdedores, el Presidente efectivamente sufrió un revés, en tanto que la oposición podría estar en los terrenos de sus 15 minutos de gloria y fama o más, dependiendo de cómo hagan las cosas.
A pesar de que López Obrador haya perdido una de sus apuestas más importantes de su proyecto político, no quiere decir que se diluya su poder, fuerza y capacidad de maniobra. Lo que si se tiene que entender es que la oposición logró cohesionarse, lo cual lleva a dos nuevos escenarios: por una parte, de alguna manera la oposición revivió en el Congreso, no necesariamente en el país, y por otra quedó claro que el Presidente no puede hacer todo lo que quiera nuestra democracia impone todas las reglas lo que lleva a que ejerza el poder con inevitables limitantes.
La importancia de lo sucedido el domingo está en que al final todo se decidió dentro de las formas en que desarrollamos nuestra democracia. Triunfó un proceso que establece formas políticas de convivencia que dieron paso a los derechos de las minorías.
La coexistencia termina por ser un factor fundamental para el desarrollo de la democracia. Por más adjetivos que se hayan emitido el día de ayer, algunos de ellos en el pleno exceso, en el fondo estaban para poder decidir las formas distintas de ver las cosas bajo reglas claras.
Por momentos vimos pasajes en donde prevaleció la razón y la opinión, independientemente del toma y daca en la que se pasaron buena parte de la larga sesión las y los legisladores. Un hecho a considerar es que el Presidente no haya querido cambiar nada de la Reforma terminó por impedir el diálogo por más aspavientos y adjetivos que hayan lanzado los representantes de su partido.
No nos perdimos de nada de lo que pasó el domingo, porque el Canal del Congreso de nuevo ofreció una extraordinaria transmisión, lo cual es prueba de como la experiencia, la vocación democrática y las reglas claramente establecidas entre los legisladores ha permitido que el canal sea un auténtico testigo de lo que sucede en el Senado y Diputados. No es una tarea nada sencilla encontrar los equilibrios en medio de una sesión en la que se jugaba tanto.
El resultado de la votación muestra otro de los valores de las elecciones. Las del 21 en algún sentido terminaron por impedir la aprobación de la Reforma Eléctrica.
Sin embargo, coloquemos en el centro que pensar diferente y tener espacios es la esencia de la convivencia y la democracia, de alguna manera también eso pasó el domingo.
RESQUICIOS
La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) presentó un informe que confirma la vulnerabilidad bajo la cual viven los menores. Cada día desaparecen 14 niñas, niños y adolescentes, es decir 5 mil 110 casos al año, del total mil 825, casi cinco casos diarios, están en condición de desaparecidos o no localizados; dolor, drama, impotencia, impunidad y secuelas para toda la vida.