Quebradero

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Llegará el fin de sexenio

Por Javier Solórzano Zinser

Pocos conceptos han tenido tanta fuerza y todo tipo de interpretaciones como “traición a la patria”. El Presidente lo utiliza como si fuera la encarnación de la patria. En el fondo estamos en una versión más acabada del estás conmigo o estás contra mí.

La “traición a la patria” pasa por otros derroteros, pero no tiene que ver con si un legislador opta por apoyar la Reforma Eléctrica. Parece que más que un concepto termina por ser un elemento para evidenciarlos y presionarlos y como están las cosas es muy probable que consiga su objetivo.

Estamos en medio de momentos de grandes definiciones para el gobierno. El Presidente y sus fieles seguidores probablemente vayan cayendo en cuenta de que lo que viene no será sencillo. En el caso de la revocación de mandato por más que se perfile un resultado favorable para el tabasqueño sigue siendo un enigma la participación ciudadana.

En Morena han seguido al pie de la letra el guion del Presidente. Poco ha importado el marco legal, hemos visto en algunas ocasiones cómo a la violación de la ley se responde negando los hechos en medio de contradicciones y evidencias.

Algo así le pasó al secretario de Gobernación. El problema con la incondicional militancia del funcionario con el Presidente lo ha llevado a dejar de ser un interlocutor válido, sobre todo con el PAN. Desaparecieron las buenas formas del titular de Bucareli, las cuales habían generado una válida expectativa.

Se está jugando mucho en estos días. El domingo tenemos la revocación de mandato; pasaremos después al debate sobre la Reforma Eléctrica, la cual se ha ido complicando día con día no sólo en el país, sino también de manera inquietante con EU; luego estaremos en terrenos de la Reforma Electoral para terminar con las elecciones en seis estados del país.

Estos escenarios han llevado a una mayor crispación del ambiente. El Presidente no va a cambiar su discurso, el cual es particularmente exponencial. Lo que dice se interpreta de innumerables maneras, pero sobre todo influye de manera significativa entre sus militantes.

Se insiste con razón que el discurso presidencial lo único que ha hecho ha sido evidenciar las innumerables diferencias entre nosotros. Sin embargo, al paso de los días pareciera que lo que quiere es ensancharlas, más que buscar caminos que pudieran encontrar puntos de encuentro.

Es por ello que coloca, a sabiendas de lo que dice, su insistente mención al “están conmigo o están contra mí” a lo que ahora se ha sumado su lacerante expresión sobre “traición a la patria”.

El problema que se va vislumbrando a futuro es lo que puede pasar al final del sexenio. La herencia de López Obrador puede ser la de un país que no logró revertir las desigualdades sociales, tema central junto con la inseguridad, lo cual no solamente derivará en problemas económicos, sino también en problemas sociales que deriven en escenarios inéditos.

En estos meses sabremos qué tanta fuerza tiene el Presidente, su popularidad está fuera de duda, en lo que corresponde a la gobernabilidad. La oposición disminuida quizá pueda asomarse en la medida en que sepa actuar en medio de escenarios en que se discuten problemas del aquí y ahora que trascienden al mediano y largo plazo.

La herencia de López Obrador se va viendo. Más de un problema nos está rebasando. Una manera de resolverlos pasa por la convivencia, al tiempo que se puedan ir atemperando los ánimos, los cuales también nos están rebasando haciéndose incontrolables y lo más grave es que se andan alentando por doquier.

RESQUICIOS

En un informe de 246 páginas Artículo 19 presentó un desolador panorama sobre el ejercicio periodístico. Se asegura que las mañaneras han creado un clima de agresión contra los periodistas; que en lo que va del sexenio han sido asesinados 40 periodistas; que la libertad de expresión enfrenta una realidad distinta a lo que se pregona; que se detiene a los autores materiales no a los intelectuales, ufffff…