Remembranzas

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Larga vida a la ENAH

 

Por Leticia Perlasca Núñez

 

Tengo la fortuna de tener varios amigos egresados de la Escuela Nacional de Antropología e Historia la ENAH. A partir de ese hecho quiero hacer un sencillo reconocimiento desde estas líneas a la institución formadora de grandes académicos quienes han impulsado talentosas generaciones.

 

México no sería el mismo país sin la ENAH, no es exageración. Algunas investigaciones de sus egresados han sido medulares para entender no solo la historia de nuestro país, sino que se han hecho acompañar de luchas y movimientos sociales de gran trascendencia.

 

Su primer antecedente es la Escuela Internacional de Arqueología y Etnología Americanas, fundada en 1910, el origen de la ENAH se encuentra, en 1938, en el Departamento de Antropología de la Escuela de Ciencias Biológicas del IPN.

 

Posteriormente, en 1942, la ya entonces Escuela Nacional de Antropología fue adscrita al INAH, creado en 1939 por mandato del presidente Lázaro Cárdenas, y con Antonio Caso como su primer director.

En 1946, mediante un convenio con la SEP y El Colegio de México, la Escuela Nacional de Antropología agregó a su plan de estudios la enseñanza de la Historia, con lo cual cambió su nombre por el que es conocida hasta hoy.

 

Sería interminable nombrar los grandes maestros e investigadores egresados de la ENAH que han llevado en alto el nombre de México en todo el mundo; quiero destacar solo algunos nombres que me parecen que han enriquecido en materia antropológica sin precedentes.

 

En primer lugar, Román Piña Chan (1920-2001) es considerado uno de los grandes artífices de la actual arqueología mexicana, se formó, además de en la UNAM, en la ENAH, donde impartió clases de manera ininterrumpida desde 1953.

En 1964 se convirtió en el primer conservador del Museo Nacional de Antropología, recién inaugurado en el Bosque de Chapultepec. Trabajó en 16 Estados y fue director de proyecto en al menos 50 sitios arqueológicos, con lo que logró una visión integradora de Mesoamérica. Premio Nacional de Ciencias y Artes 1994 . Varios premios que se entregan hoy en día llevan su nombre.

 

Otro destacado del ENAH, es sin lugar a duda es Eduardo Matos Moctezuma a quién tengo el alto honor de conocer personalmente; es maestro en ciencias antropológicas con especialidad en arqueología por la ENAH y la UNAM, con diversos cargos ocupados dentro del INAH. Sus principales trabajos arqueológicos se desarrollaron en Comalcalco, Tepeapulco, Bonampak, Cholula, Coacalco y Tlatelolco. Coordinó los proyectos Tula, en los 70, y Teotihuacan, en los 90. Desde 1978 dirige el Proyecto Templo Mayor, mismo que él fundó. Premio Nacional de Ciencias y Artes 2007.

Repito sería interminable nombrar a tanto talentoso maestro, investigador o egresado de la ENAH, pero de lo que tenemos que estar seguros en este país (ojalá así sea) es la Escuela nacional de Antropología e Historia debe ser una de las instituciones más respetadas, cuidadas, merecedoras de mayor apoyo. Larga vida a la ENAH.

@PerlascaLety

Fb Leticia Perlasca