El payaso que mantiene secuestrado el Congreso de Veracruz tendrá qué explicar no únicamente sus relaciones con el presunto secuestrador al que hizo candidato de Morena y luego alcalde electo a cambio de un «enjuague» para adquirir un ingenio abandonado. Mucho hay que decir de la manera en la que operó las pasadas elecciones y de las «relaciones peligrosas» que entabló para obtener apoyos «non sanctos» para financiar campañas y amedrentar opositores, bajo la vieja consigna de «plata o plomo». Al «carón caradura» de poco le servirán sus bufonadas cuando el destino lo alcance. Que le pregunte a Duarte
LA COLA DEL «CARÓN CARADURA»
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