Por Ruby Soriano
México ha logrado perpetuar como herencia histórica de la política rupestre del pasado, el sempiterno “dedazo”, señal inigualable de los gobiernos que buscan elegir a sus “herederos” inmediatos para garantizar continuidad, impunidad y sobrevivencia.
Las viejas prácticas del pasado priista sobreviven y se reinventan en la cuarta transformación, donde el Presidente Andrés Manuel López Obrador se decantó hace mucho, por Claudia Sheinbaum jefa del gobierno de la Ciudad de México, como la mujer morenista que goza con el visto bueno de Palacio Nacional para aspirar a ser la candidata de Morena a la presidencia de México y en una de esas, en la primera mujer que gobierne al país.
Las recientes declaraciones del Presidente AMLO al confirmar que será vía la famosa encuesta como se elija al candidato de su partido, ya levantó ámpula entre sus correligionarios, quienes saben que las llamadas encuestas en el partido presidencial, tienen tres características infaltables:
Se hacen en lo oscurito, nunca se dan a conocer los porcentajes e invalidan todo tipo de protesta sobre los resultados finales.
El partido gobernante en México a través de su propio fundador se está ocupando vía Mario Delgado, de confeccionar un vestido a la medida perfecta para la emperatriz Sheinbaum, quien, sin decirlo, se ha convertido en la sombra silenciosa del mandatario, quien no pierde oportunidad de lanzar señales y colocarla como la favorita.
La probable candidatura de la jefa capitalina se aprecia desde ahora, como el dedazo del Presidente, quien a la menor provocación en actos públicos suele levantarle la mano.
En tanto, el senador Ricardo Monreal como buen corifeo se mantiene agazapado para preparar los zarpazos que de manera segura se darán al interior de las tribus morenistas para pelear el hueso mayor.
Marcelo Ebrard como buen señorito, abraza el silencio de la prudencia hasta que el destino lo alcance y lo veamos en una de esas pintarse de verde, muy verde.
Las premoniciones en Morena quedaron al desnudo, pues desde hace mucho la “Amloseñal” favorece a una mujer, quien seguramente se alzará con esa victoria interna en Morena donde dirán que todo se lo debe a las encuestas, mismas que serán una vez más el disfraz elegido para consumar el dedazo.
Y es que la jefa capitalina es como la alumna más aplicada del Presidente quien le tiene auténtico aprecio y la ve como la opción para garantizar esa continuidad que le dé blindaje a su proyecto “transexenal”.
Entre tantas continuidades, si Sheinbaum llegar a la Presidencia no descarte ver a la no primera dama Beatriz Gutiérrez, formando parte del gabinetazo de su amiga.
Así los tiempos palaciegos donde se elabora a todo vapor, un vestido a la medida de la Emperatriz.
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