Viene lo más importante, votar
Por Javier Solórzano Zinser
Hay poco que decir y agregar sobre el proceso electoral, lo que falta es lo más importante: el voto. Difícilmente cambiará el sentido de lo que han reportado las encuestas, nos referimos a las serias y no a las propagandísticas.
Se presentarán matices, pero no se aprecia que estemos en el preámbulo de una gran sorpresa, sin dejar de considerar que pueden presentarse ciertos giros a lo que hoy, vía encuestas y percepciones, conocemos.
Una incógnita es lo que podría suceder en el día después. Se presume con razón que se pueden venir una buena cantidad de litigios e impugnaciones que ya empiezan a asomarse. No se vislumbran consensos generales para la noche del 6 de junio.
Como nos dice el consejero del INE Ciro Murayama los actores políticos dividen el día de la elección en tres actos. El primero es a las ocho de la mañana cuando ponderan la importancia de votar y la participación democrática ciudadana. El segundo es a las ocho de la noche cuando destacan el desarrollo de la jornada cívica y el tercero es cuando empiezan a surgir los resultados y en caso de que a los derrotados les vayan siendo adversos empiezan a gritar fraude.
Los resultados de las elecciones van a merecer muchas lecturas. Un tema de primera importancia es la forma en que quiera ver el Presidente el resultado. No le va a ir mal, pero va a empezar a aparecer lógicamente el desgaste del ejercicio del poder y la alta dosis de confusión que se ve al interior de su partido.
Asimismo, por más que no se manifiesten abiertamente las diferencias internas, existen derivadas del ejercicio del poder y de la incapacidad para tomar decisiones debido a la concentración del poder junto con el estilo personal de gobernar.
El Presidente, suponemos, debe saber leer estos escenarios. La coyuntura obliga a los ajustes para prepararse a la compleja segunda parte de su sexenio, sin pasar por alto la importancia que tiene el cierre de su administración junto con un tema que de suyo es vital lo que en este Presidente va a adquirir una enorme relevancia, nos referimos a la sucesión.
La elección intermedia marca tiempos para organizar el futuro y el final del sexenio.
Independientemente de estas consideraciones, la elección es una oportunidad colectiva que conjunta a los ciudadanos en tiempo y espacio para participar en un proceso que les compete y afecta directamente.
Es difícil abstraerse de las diferencias, confrontaciones, crispaciones y ambiente enrarecido en que hemos vivido estos últimos años. El gobierno más que reparar en ello lo que ha hecho es tensar aún más las cosas. Esta ruta es una incógnita que podría tener ciertas respuestas el domingo, la cuestión radica en si los ciudadanos estamos de acuerdo con estas formas, la elección tiene, como hemos mencionado, su dosis de referendo.
¿Por qué es importante bajo estas consideraciones la elección? Porque puede provocar que los actores políticos se replanteen algunos elementos que están trabando el estado de las cosas, todo en función de una voluntad popular. El voto es el llamado ciudadano para que los actores políticos escuchen mensajes a través de un sufragio.
Si el Presidente recibe signos adversos a lo que ha hecho debe entenderlo, asumirlo y actuar. Si fuera lo contrario no puede pasar por alto que hay voces en la sociedad que están pidiendo otras formas de establecer la gobernabilidad y es su obligación como Presidente de todas y todos los mexicanos atender una y otra cosa.
Entre otros muchos asuntos, de esto se trata también la elección del domingo.
RESQUICIOS
El Gobierno de EU le contestó al nuestro de manera contundente. Se seguirá financiando a OSC y periodistas de investigación en el mundo para que denuncien y combatan la corrupción internacional. Es una decisión de “interés de seguridad nacional de EU”; es la respuesta directa a la nota diplomática y al “frijol con gorgojo”.