No dejar rastros de la democracia
Por Mónica Camarena Crespo
En una muy sigilosa Reforma Electoral que se cocina muy al interior de Palacio Nacional, entre otras muchas acciones para no dejar rastros de la democracia, se prepara la desaparición de los 32 Oples (institutos electorales locales).
La propuesta de Morena se da a poco más de un año de las elecciones 2027, en donde se renovarán por ejemplo, 17 gubernaturas.
Entre otros argumentos para desaparecer los Oples, es que en al menos una decena de estados operan actualmente al límite del colapso financiero y técnico, con presupuestos recortados, personal incompleto, sistemas informáticos frágiles y decisiones técnicas corregidas desde la Federación.
El gobierno de Morena busca hacer más fácil las elecciones concentrando todo en el Instituto Nacional Electoral (INE), al puro estilo de la Secretaría de Gobernación en los tiempos de Manuel Bartlett.
Pero uno de los gustados argumentos de la 4T -cuando les conviene-, es el ahorro en el presupuesto. Y es que los Oples dependen de la asignación de recursos en los estados. Los aumentos requeridos por ejemplo, para mal organizar la elección judicial no fueron autorizados y con ello, un pésimo desarrollo y transparencia de resultados.
La decisión al parecer ya está tomada, aunque busquen disfrazar el consenso al organizar foros a los que la oposición no acudirá. Una prueba de que desde Morena se gesta la desaparición de los Oples, es la opinión de Luisa María Alcalde, la presidenta de ese partido.
La dirigente partidista de la 4T, no se anduvo por las ramas y cuestionó: “Si tú ya tienes un INE que tiene personal capacitado, que tiene materiales, que tiene mucha experiencia, ¿por qué no utilizar esa experiencia no solo para las elecciones federales, sino también para las elecciones locales?”. Al buen entendedor, pocas palabras.
Ágora
Esta columna se toma unos días de descanso para renovar energía. Muchas gracias a todas y todos los lectores por este 2025. Nos leemos en el 2026. Felices fiestas.
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