El bono navideño de los trabajadores de la salud en Veracruz fue convertido en vales de despensa de la tienda Chedraui, lo que detonó protestas masivas y denuncias de que se trata de una práctica semejante a las antiguas “tiendas de raya”, vulnerando derechos laborales y la dignidad de quienes sostienen el sistema sanitario.
El bono decembrino, equivalente a 14 mil pesos, fue entregado en tarjetas de consumo con vigencia de apenas 10 días y uso restringido a unos cuantos establecimientos.
Los trabajadores denunciaron que esta medida les impide disponer libremente de su ingreso, obligándolos a consumir en una sola cadena comercial, como si fueran clientes cautivos.
Sindicalistas recordaron que el bono es un acuerdo laboral histórico, siempre entregado en efectivo, y que la decisión unilateral de la Secretaría de Salud constituye un retroceso en derechos adquiridos.
Médicos, enfermeras y personal administrativo de hospitales y clínicas cerraron calles en Xalapa, incluyendo la avenida Ruiz Cortines y Nicolás Bravo. Por la noche, cerraron Enríquez, frente a palacio de gobierno.
En el Centro de Alta Especialidad “Dr. Rafael Lucio”, los trabajadores confrontaron a gritos directamente al secretario de Salud, Valentín Herrera Alarcón, exigiendo la restitución del pago en efectivo.
Las manifestaciones se replicaron en distintas unidades y centros médicos, como el Hospital Luis F. Nachón, con pancartas que denunciaban la medida como un acto de simulación y abuso patronal.
Los inconformes compararon la medida con las “tiendas de raya” del porfiriato, donde los trabajadores eran obligados a consumir en comercios controlados por los patrones, perpetuando la dependencia y la explotación.
Se trata de un retroceso simbólico y material: en lugar de reconocer la labor de quienes enfrentan carencias hospitalarias y bajos salarios, se les condiciona el acceso a su propio bono.
La indignación se amplifica porque el bono navideño es uno de los pocos reconocimientos que reciben los trabajadores de salud, quienes no cuentan con aguinaldos de 90 días como otros sectores.
La decisión exhibe una falta de sensibilidad gubernamental hacia un sector que ha sido clave en emergencias sanitarias y que enfrenta precariedad estructural. Además, genera sospechas de favoritismo comercial, al beneficiar a una sola cadena de supermercados.
El malestar amenaza con convertirse en un conflicto sindical de mayor escala, pues los trabajadores advierten que no aceptarán la imposición y que defenderán su derecho a recibir el bono en efectivo.
