Un atentado con coche-bomba sacudió este sábado 6 de diciembre al municipio de Coahuayana, Michoacán, dejando al menos tres personas muertas y siete heridas, según reportes oficiales.
Un vehículo cargado con explosivos estalló poco antes del mediodía frente a la comandancia de la Policía Comunitaria de Coahuayana, en las inmediaciones de la presidencia municipal.
La explosión provocó daños estructurales en viviendas, negocios, vehículos y en el Hospital Comunitario, lo que generó alarma entre la población.
De acuerdo con las primeras versiones, el ataque habría sido perpetrado por grupos criminales vinculados al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

El saldo preliminar fue de tres personas fallecidas y siete lesionadas, algunas de ellas trasladadas a hospitales cercanos en estado grave. Entre los heridos se encuentran elementos de la Policía Comunitaria y civiles que se encontraban en la zona.
La Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán confirmó el atentado y desplegó un operativo urgente con apoyo de la Marina y Guardia Nacional, incluyendo aeronaves para patrullar la región.
El Gabinete de Seguridad del Gobierno de México informó que personal especializado realiza investigaciones para determinar la autoría y el tipo de explosivos utilizados. Autoridades municipales solicitaron refuerzos federales y estatales para atender la emergencia y garantizar la seguridad de la población.
Coahuayana, ubicado en la costa de Michoacán, ha sido escenario de enfrentamientos entre grupos criminales que disputan el control de la región. El uso de coche-bomba y drones explosivos en este ataque representa una escalada de violencia poco común en México, lo que ha generado preocupación nacional e internacional.

Comerciantes y vecinos reportaron que desde la mañana se observaron hombres armados y encapuchados circulando en camionetas, lo que aumentó la tensión en la zona. La población permanece en alerta, mientras las autoridades mantienen operativos de vigilancia y exhortan a evitar la circulación en áreas cercanas al lugar del atentado.
Todo esto sucedió mientras el gobierno federal en pleno se concentró en el zócalo de la Ciudad de México para un acto de autoindulgencia política y autoelogio por los siete años de la «cuarta transformación».