Xalapa y sus mujeres
Por Mónica Mendoza Madrigal
En la capital veracruzana habitamos cerca de 500 mil habitantes -sin contar la población flotante de quienes vienen a trabajar y diariamente se regresan a sus ciudades- y de acuerdo con el INEGI (en 2020) la distribución por sexo muestra que el 46.4 por ciento son hombres y el 53.6 por ciento somos mujeres, porcentaje que es 1.6 por ciento superior a la media de toda la entidad.
El rango de edad en donde se concentra la mayor cantidad de la población general de la ciudad es el de 20 a 24 años, lo que seguramente se ve influido por el estudiantado que acude a la Atenas veracruzana a cursar la universidad.
Aunque pareciera que Xalapa es una ciudad mestiza de hablantes del español, resulta relevante constatar que hay censadas mil 835 personas hablantes del náhuatl, 867 del totonaco y 301 del zapoteco, lo que aun cuando no se muestra desagregado por sexo, revela la existencia de población indígena que habita en la ciudad y a la que hay que proteger no tan solo en su idioma original, sino que hay que garantizarle servicios y acceso a la justicia y derechos en su idioma.
Además de ello, en Xalapa viven también inmigrantes extranjeros, de entre quienes se encuentra que en los últimos años han llegado a vivir 911 estadounidenses, 164 personas nacidas en Argentina y 162 personas de Colombia.
Sí, esta ciudad de montaña que en la Conquista fue utilizada como caserío para que los comerciantes descansaran en la ruta del puerto a la capital del país, es el punto en el que convergemos muchas personas que la hemos convertido en nuestro hogar, pese a venir de otros muchos lados.
Sin industria propia, Xalapa es una ciudad que vive del comercio y de la prestación de servicios, por lo que un dato harto relevante es que para primer trimestre de 2025 la Población Económicamente Activa general fue de 54.4 por ciento con una tasa de desocupación para el mismo año de 1.96 por ciento.
Aquí entra en juego uno de los principales aspectos que hay que colocar en el centro de la mesa pública, para tomar acción: mientras que del total de la población ocupada, 62.7 por ciento, son hombres, solo el 37.3 por ciento son mujeres, lo cual es una tremenda realidad a la que se enfrentan las mujeres residentes de la capital del estado, pues si bien somos incluso más que el promedio del resto de la entidad, las actividades productivas formales a las que nos dedicamos son muy reducidas, lo que indica que las mujeres en Xalapa se sitúan principalmente en el sector informal, sin beneficios laborales, prestaciones o esquema de seguridad social alguno; y claro, en las tareas de cuidados de infancias o personas mayores e incluso al cuidado exclusivo del hogar, tareas que no son consideradas trabajo ni son remuneradas.
Esta desigualdad es aún más inequitativa, sobretodo porque el propio Censo 2020 de INEGI muestra que de la población con estudios, en todos los niveles educativos, el porcentaje de mujeres por escolaridad es ligeramente superior en mujeres que en hombres; mientras que en cuanto al porcentaje de analfabetismo la desproporción es muy significativa, siendo ésta de 36.7 por ciento en hombres y 63.3 por ciento en mujeres. En Xalapa, 43.2 por ciento de los hogares tienen a la cabeza a una mujer jefa de familia.
El principal factor generador de la violencia es la desigualdad, porque es la que vulnera a la población que goza de menos beneficios en comparación con el grupo social más privilegiado, así que si nos remitimos exclusivamente a la realidad laboral, que influye no tan solo en el nivel de ingresos sino en las condiciones generales de la calidad de vida, las mujeres que vivimos en Xalapa estamos más propensas a la violencia porque la brecha de desigualdad laboral que vivimos nos vulnera.
De ahí que el que Xalapa sea uno de los 11 municipios urbanos que desde 2016 tiene declarada la Alerta de Violencia de Género, hace que sea indispensable conocer de fondo el origen de la desigualdad que la genera para encontrar rutas más efectivas para prevenir, atender, sancionar y buscar erradicarla.
De acuerdo con el Observatorio Universitario de Violencia contra las Mujeres, de enero a octubre de 2025 ha habido 31 casos de violencias en el municipio, entre las que se incluyen violencia psicológica, física, sexual, patrimonial, económica, obstétrica, digital y mediática. A ello se suman 77 desapariciones, dos feminicidios, dos homicidios.
¿Por dónde empezar? Por todo. Pero con un plan claro, para que el actuar público incida en forma efectiva.