Se exhiben los esquiroles: sindicato mayoritario de trabajadores del Ejecutivo y hasta los priistas CTM y CROC intentaron boicotear movimiento contra reforma laboral

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La disputa por la reforma a la Ley del Servicio Civil de Veracruz dejó al descubierto las maniobras de sindicatos mayoritarios y hasta de organizaciones priistas como la CTM y la CROC, que fueron señalados por intentar frenar la movilización de los gremios del servicio público.

Mientras el Secretario de Gobierno reconoció públicamente que la iniciativa de crear un sindicato único por entidad pública fue un error y que ni siquiera surgió del Congreso local, el Sindicato de Trabajadores al Servicio del Poder Ejecutivo del Estado de Veracruz –el que por décadas controló la fallecida lideresa Juana Consuelo Méndez Vázquez- se alineó con el discurso oficial y envió un comunicado a sus representados, minimizando los alcances de una propuesta considerada regresiva y violatoria de derechos humanos consagrados en la Constitución y en tratados internacionales.

En Xalapa, los dirigentes de la CROC y la CTM, Olga Morales y Carlos Aceves Amezcua, respectivamente, fueron exhibidos como operadores del gobierno estatal. De acuerdo con audios difundidos, ambos pidieron a trabajadores y líderes sindicales acudir a la Secretaría del Trabajo para dialogar con su titular, bajo el argumento de que ya se había comprendido la inadecuación del sindicato único.

Los organizadores de la movilización señalaron que los arreglos en lo oscuro de Morales y Aceves Amezcua buscaron “reventar” la resistencia que distintos sindicatos habían acordado mediante acciones de protesta, procedimientos jurídicos y estrategias de defensa.

“Con estas declaraciones está más que claro quién trata de imponer la subordinación de los gremios sindicales del servicio público en Veracruz”, remarcaron los convocantes, quienes subrayaron que los líderes priistas carecen de representación real en el sector público.

La indignación se hizo patente en los mensajes de los sindicatos inconformes: “Es increíble que líderes charros traten de vender y reventar una manifestación justa”, señalaron, al tiempo que recordaron que “ya se sabía que algún líder trataría de vender su subordinación al gobierno”. El calificativo final fue contundente: “Son unos miserables”.