Quebradero

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El tema es la seguridad

 

Por Javier Solórzano Zinser

Los temas que más preocupan y ocupan son la inseguridad, la economía, la corrupción y la salud.

Desde el sexenio anterior estos asuntos han sido y son críticamente evaluados. López Obrador y Claudia Sheinbaum tenían y tienen altos niveles de popularidad, pero en lo que corresponde a la visión ciudadana sobre cómo se han tratado estos temas, los resultados son adversos.

Por más que no guste que se compare al país con otras naciones, en estos temas estamos mal evaluados. La economía crece poco o nada, la inflación se mueve por arriba de los rangos pronosticados, y si bien hay una histórica inversión extranjera directa, también es cierto que mucha de ella forma parte de la inversión que viene desde hace años.

El crecimiento del pasado sexenio y éste no alcanza ni el 1% sin pasar por alto la pandemia. Lo sucedido el pasado trimestre ratifica las desigualdades económicas bajo las que vivimos, el crecimiento se contrajo.

No pasa por alto que son muchas las variables que intervienen, pero con todo y ellas existen elementos que el Gobierno debe considerar, como es el caso de la deuda. No creció al doble, pero se ha incrementado de manera notable, sobre todo, por todos los compromisos que adquirió el pasado gobierno en su último año, entre otras cosas por las obras llamadas emblemáticas, las cuales están estancadas.

El gran asunto es la inseguridad. Independientemente de las interpretaciones que se tengan sobre la marcha del sábado, el Gobierno no puede pasar por alto que, en buena medida, la manifestación tenía que ver con la inseguridad. Los ciudadanos no alcanzamos a apreciar que las cosas estén cambiando. Nuestros entornos son muy complicados y si las cosas no se ven distintas la percepción se mantiene y, en muchos casos, se agudiza.

La marcha del sábado en la CDMX evidenció que ya ni en estos actos puede haber seguridad. Lo que pasó en el Zócalo y la reacción de la policía terminó por ser un pasaje más de la violencia cotidiana. Ayer conversamos con Vicente Gutiérrez Camposeco, de la Canaco, quien nos planteó lo que han vivido los comerciantes del Centro Histórico. Gastan mucho más dinero en seguridad y en cubrir sus comercios que lo que pueden ganar con sus ventas. Nadie les ayuda y además en muchos casos los impuestos no responden a los servicios básicos que debieran tener.

La inseguridad es el tema del país y no se ve que las cosas cambien, por más que nos presenten semana a semana cifras que, presuntamente, demuestren que se están reduciendo los delitos.

Éste es el tema eje en la vida de todos nosotros. La reacción de la Presidenta ante la marcha, de su partido y sus legisladores enfoca el problema en aspectos de política, cercanos a la politiquería, que lleva a pasar a segundo plano, sin soslayar, elementos críticos sobre la marcha, el objetivo central de la manifestación y de las que se presentaron en todo el país, fue la indignación, protesta y encono por todos los problemas que conlleva la inseguridad.

El Gobierno debe enfocarse junto con la ciudadanía a que dejemos de normalizar la inseguridad. Cuando lo hace se alcanza a apreciar un panorama más preciso de lo que está haciendo, lo que lleva a apreciar sus logros.

La claridad con que se informó sobre uno de los presuntos autores intelectuales del asesinato de Carlos Manzo muestra un trabajo profesional, lo cual suma ante la ciudadanía sin importar signos políticos.

Las variables inseguridad-corrupción son parte central de los miedos, preocupaciones y protestas. La marcha del sábado tiene que ver con ello, pero por razones entendibles estamos en los hechos violentos. La clave, sin soslayar esto, es que la marcha tenía como eje la protesta e indignación contra la inseguridad en la cotidianidad mexicana.

RESQUICIOS.

Esta mañana tendremos una idea más clara sobre la Generación Z. Marcharán desde el Senado hasta el Monumento a la Revolución. Veremos el fondo y forma de los jóvenes, quienes, con razón, manifiestan su hartazgo.