La marcha. Otra confrontación
Por Javier Solórzano Zinser
Estamos en las elucubraciones sobre el sábado. Han aparecido acusaciones de unos y otros que difícilmente llevarán al entendimiento de lo que pasó.
Desde el oficialismo se asegura que detrás de la marcha está una “embestida de la derecha internacional”, junto con personajes nacionales como Claudio X. González y Ricardo Salinas. Además, se señalan al PRI y al PAN por haber movilizado a sus cuadros jóvenes para asistir a la marcha.
El asunto no para ahí. Se asegura que la violencia al final de la marcha tenía la intención de provocar la idea de que el Gobierno mexicano reprimía a los manifestantes. La reacción de los medios y las redes internacionales han colocado a México bajo el supuesto de confrontaciones internas que han provocado una serie de críticas, lo que incluye a Donald Trump.
Algunos de los argumentos pueden ser cuestionables. No vemos cómo el PAN y el PRI puedan movilizar a los jóvenes de su partido cuando materialmente están casi desahuciados, más el tricolor que el PAN. El gran problema de estos partidos, además de la pérdida de credibilidad, pasa por la pérdida de territorio. Morena no solamente ha ido ganando elecciones, lo importante también está en que no ha dejado de avanzar en territorio.
Los partidos de oposición, señaladamente el llamado PRIAN, se han diluido y no se ve cómo podrían movilizar a los jóvenes, a lo que se suma que la marcha fue convocada por los jóvenes, pero que quienes participaron fueron fundamentalmente, a decir de la Presidenta, “los de siempre” y mayores de edad.
Es cierto que muchas caras y demandas fueron las que hemos visto en muchas ocasiones. En buena medida se debe a que existe un gran rezago y muchas de las demandas ciudadanas aparecen una y otra vez, porque se aprovecha cualquier tipo de manifestación para hacerse ver. Son voces que en un buen número de casos no han sido atendidas y menos resueltas.
Uno de los asuntos que merece atención es por qué se detonó la violencia en el Zócalo. El Gobierno tiene que investigar al Bloque Negro. No es la primera vez que aparece y a estas alturas ya tendríamos que conocer quiénes están detrás de ellos. Lo que hacen y provocan se han venido convirtiendo en un problema, sin exagerar, de seguridad nacional.
Con los servicios de inteligencia que se tienen tendrían que explicarnos de quién es la mano que mece la cuna. También tenemos que saber qué detonó la reacción violenta de la policía y de dónde vino la orden para que los cuerpos de seguridad atacaran a los manifestantes.
Esta decisión cambia el esquema de las cosas en comparación a como se había actuado en anteriores ocasiones, de nuevo recordemos la del pasado 2 de octubre. Es claro que a la confrontación cotidiana le vamos a sumar la confrontación por la narrativa de lo que sucedió el sábado.
Lo que no se puede plantear en automático, es que los jóvenes puedan ser manipulados con tanta facilidad por personajes como Claudio X. González y por otros más como si a un simple llamado para sumarse a una marcha, asistir sin preguntarse el porqué. Se está partiendo de una premisa cuestionable, qué es el hecho, insistimos, de que los jóvenes sean fácilmente manipulables como si no tuvieran pensamiento de ideas propias.
Una senadora de Morena nos decía ayer que a muchos de ellos les ofrecieron diputaciones y dinero para que participaran y convocaran a la manifestación. Corresponderá a quienes han presentado todas las observaciones llevar las cosas a las autoridades para que lo investiguen, porque desde donde se vea son hechos que merecen la atención de la justicia.
Se ha abierto otro escenario para la confrontación.
RESQUICIOS.
En el Mundial se van a presentar situaciones inéditas. Trump ha dejado claro que el boleto de entrada a los estadios no es una visa. No queda claro qué pasará con aquellas naciones que viven bajo una tensa relación con EU y, sobre todo, si tienen como sede a nuestros vecinos.