Frentes muy abiertos
Por Javier Solórzano Zinser
Al gobierno se le han abierto varios frentes que no puede resolver echando por delante su maquinaria. Los trabajadores y productores del campo han presentado una serie de planteamientos, ante los cuales no se ve que haya marcha atrás fácilmente. Más bien han dado pruebas de cohesión y fortaleza que han convertido sus demandas en un tema nacional.
No se puede minimizar el asunto, porque además de que las protestas ya han alcanzado una fuerza real, han tomado las carreteras con una afectación directa a cientos de miles de personas, están exigiendo, entre otras cosas, un aumento a los precios de garantía. Están pidiendo 7 mil 200 pesos por tonelada de maíz, el Gobierno ofrece por ahora 6 mil 050 pesos por tonelada.
Las cosas se han puesto difíciles porque productores y trabajadores del campo aseguran que no los han tomado en serio, y que están muy lejos las promesas que les hicieron en los tiempos de campaña de parte de la hoy Presidenta. Los portazos del lunes en la Secretaría de Agricultura muestran el nivel de encono en que se están dando las cosas, algunos de los manifestantes están pidiendo la cabeza de Julio Berdegué, titular de la dependencia.
Ayer nos decía Liborio Pérez, productor de Hidalgo, que en esta ocasión no están dispuestos a ceder. Nos hemos convertido en importadores de maíz siendo que somos una nación que tiene al maíz en sus orígenes y como eje de nuestra alimentación. Necesitamos apoyo, pero somos los últimos de la cadena de producción. No se dan cuenta que, como dicen por ahí, sin maíz no hay país. Liborio asegura que las manifestaciones no van a parar hasta que no atiendan sus demandas.
Ayer conversábamos con Beatriz González, maestra de León, quien nos narró la odisea que vivió en un camión de transporte público por los paros. Salió a las 5:45 p. m. de Aguascalientes con rumbo a León adonde llegó a las 6:30 de la mañana del día siguiente. Nadie les informó lo que estaba pasando, pasaron al igual que otros pasajeros la noche entera en el camión, con un temor explicable, de no ser por el chofer quien trataba de explicar y hacerle ver a los pasajeros lo que estaba pasando la noche “hubiera sido más oscura de lo que fue”.
Al igual que Beatriz, una gran cantidad de personas estuvieron varadas entre ocho y 12 horas sin que apareciera la autoridad para al menos informarles lo que estaba pasando; todos estaban a la intemperie, a sabiendas de lo que significa estar en una carretera en nuestro país por las noches.
El gobierno bien podría ser más solidario y sensible ante una situación en la que los ciudadanos reconocemos importante, en función de la demanda de un sector de la población fundamental para la alimentación cotidiana de la sociedad.
Están abiertos otros frentes que también ya traen sus secuelas. Los piperos de agua de la zona metropolitana reclaman que no les están entregando el líquido y no los están dejando trabajar, lo cual ha llevado a paros a los que se han sumado colonos que reclaman la falta de agua.
Otro de los frentes lo encabezan los trabajadores del transporte público también de la ciudad. Exigen que se aumenten las cuotas, actualmente son de seis pesos. La protesta, ciertamente, puede ser impopular, porque a nadie le gusta que le suban los precios de un servicio primario, como es el caso del transporte en la ciudad.
Sin embargo, nos dice Francisco Carrasco, de la Fuerza Amplia de Transportistas (FAT), que no atienden sus demandas y que resulta inexplicable que en el Edomex el mismo servicio se cobre a 14 pesos.
Son frentes abiertos que no pasan por el dominio ni del Gobierno ni de Morena. Son asuntos que se tienen que atender directamente, aquí no hay manera de echar a andar la maquinaria del oficialismo.
RESQUICIOS.
La competencia política es fundamental para el fortalecimiento de la democracia. El problema para la oposición es que no le toca al oficialismo hacerlo, le toca a quienes son la minoría que, por ahora, es anodina.