Por Miguel Casillas
En el desangelado evento oficial para celebrar el 81 aniversario de la Universidad, realizado como contrapeso de las movilizaciones que ese día estaban convocadas por los opositores a la prórroga ilegal, ilegítima e improcedente otorgada por la Junta de Gobierno a favor Martín Aguilar, fueron notorios la improvisación, el acarreeo, los pambazos y el boing. El discurso desesperado e iracundo del rector espurio negó la grave crisis institucional que vivimos y expresó con claridad la base y el sustento de sus convicciones más profundas.
Dijo bajo la lluvia “Quiero invitarles a que juntas y juntos llevemos, desde nuestras aulas, laboratorios, foros, teatros, talleres y auditorios a nuestra universidad hacia la excelencia (SIC). Nuestra Universidad está aquí, está en cada una y cada uno de ustedes, es una universidad autónoma con estabilidad, no hay crisis, trabaja con normalidad y eso es lo que debemos festejar hoy”. Más adelante, para vergüenza de todos, sostuvo “No puedo dejar de mencionar a los tres ex rectores, que han estado interviniendo recientemente, porque sus acciones de desprestigio hacia la institución ya rebasan la libertad de expresión, porque no están respetando a las autoridades legales y legítimas de nuestra institución, porque están queriendo desestabilizar a la Universidad y no tienen otro fin que mermar la autonomía que la Constitución nos otorga. Por eso, las y los invito a informarse y a no dejarse llevar por información falsa, a salvaguardar nuestro derecho a decidir sobre el patrimonio, los proyectos y el rumbo de la universidad”, señaló. (https://www.uv.mx/prensa/general/comunidad-uv-celebro-81-anos-de-arte-ciencia-y-luz/)
Para muchos universitarios, el tono excluyente y descalificador del rector espurio, la voz de la arbitrariedad y la sinrazón, evocan al más oscuro y siniestro pasado autoritario. Se parecen al discurso que dio el expresidente Díaz Ordaz en 1968:
“Son del dominio público la sistemática provocación, las reiteradas incitaciones a la violencia, la violencia misma en distintas formas, el tratar de involucrar a grupos estudiantiles —en ocasiones hasta a niños de escuela primaria—, en resumen, los evidentes y reiterados propósitos de crear un clima de intranquilidad social, propicio para disturbios callejeros o para acciones de mayor envergadura, de las más encontradas y enconadas tendencias políticas e ideologías y de los más variados intereses, en curiosa coincidencia o despreocupado contubernio… Las mismas disímiles fuerzas del interior y externas que han seguido confluyendo para tratar de agravar el conflicto, de extenderlo, complicando a otros grupos, y estorbar su solución…. En efecto, se cuentan por centenares los casos, en toda la extensión de la República, en que estudiantes o seudo estudiantes, se posesionan violentamente de sus escuelas, presionan a sus rectores, directores o maestros, llegando incluso al secuestro, bloquean calles, se apoderan de camiones, los incendian, destruyen, atacan a otros estudiantes o a personas totalmente ajenas, etcétera…. Se ha llegado al libertinaje en el uso de todos los medios de expresión y difusión; se ha disfrutado de amplísimas libertades y garantías para hacer manifestaciones, ordenadas en ciertos aspectos, pero contrarias al texto expreso del artículo 9º constitucional; hemos sido tolerantes hasta excesos criticados; pero todo tiene un límite y no podemos permitir ya que se siga quebrantando irremisiblemente el orden jurídico, como a los ojos de todo mundo ha venido sucediendo; tenemos la ineludible obligación de impedir la destrucción de las fórmulas esenciales, a cuyo amparo convivimos y progresamos… ¡Qué grave daño hacen los modernos filósofos de la destrucción que están en contra de todo y a favor de nada! … (Gustavo Díaz Ordaz, cuarto informe de gobierno, septiembre 1968).
El autoritarismo descarnado, soez y ridículo que sostiene la ilegal prórroga aspira a ser el discurso dominante en la Universidad. Frente a él, cientos de universitarios se movilizan, discuten e informan a sus compañeros. Gracias a la acción colectiva la verdad emerge frente al fango de mentiras, amenaza y descalificación. Diversos grupos de estudiantes y de profesores participan, entre ellos la Red UV por la legalidad que ha sostenido desde hace meses la resistencia a la prórroga.
La Red UV por la legalidad, por ejemplo, ha brindado amplia información. Ha rebasado los límites de la libertad de expresión imaginados en la mente autoritaria del espurio desmontado uno a uno todos los trastupijes de la Junta de Gobierno y el rector impuesto. Ha denunciado las violaciones a la Ley Orgánica, a la Ley de Autonomía y al Reglamento interno de la Junta de Gobierno; puso en evidencia la improcedente invención de la Junta de procedimientos y consultas; denunció ampliamente el proceso de colonización por un grupo de interés de la Junta de Gobierno y la progresiva purga de 5 de sus integrantes en los últimos años; realizó un balance crítico de la gestión del rector saliente donde mostró su incompetencia, negligencia e incapacidad.
La Red ha tenido como propósito ampliar el conocimiento, fomentar el debate razonado, la argumentación y el convencimiento contra la arbitrariedad. Sus reclamos se sostienen en fuertes argumentos de juristas expertos y de decenas de ex integrantes de la Junta de Gobierno que sostienen la improcedencia y la ilegalidad de la prórroga.
Con la solidaridad y la movilización colectiva, la Red está enseñando con el ejemplo a desafiar a la autoridad espuria y a poner en entredicho la falsedad de las verdades oficiales. En el mismo sentido ha denunciado las agresiones y amenazas; colectivamente está enfrentado el miedo y construyendo redes de apoyo mutuo para resistir y oponerse al autoritarismo; para confrontar el acoso laboral.
Nadie le cree a la dirección de comunicación de la Universidad, nadie confía en los discursos del rector, nadie considera los rollos de sus paleros. La post verdad no logra imponerse en la Universidad por el trabajo sistemático de los universitarios movilizados que sostienen una perspectiva crítica, que reivindican la inconformidad, que valoran y respetan el marco normativo institucional, que defienden a la Universidad Veracruzana.